Fundada entre 1760 y 1768, es la última de las misiones erigidas por los franciscanos en la indómita región de la Sierra Gorda.
Su fachada, de estilo barroco estípite, es una de las más bellas del grupo de misiones de la sierra por su complicada ornamentación y programa iconográfico.
En su primer cuerpo, a los costados de la puerta, dos pares de estípites enmarcan las imágenes de San Francisco y Santo Domingo; llaman la atención los pequeños nichos dentro de los estípites que representan a cuatro importantes miembros de la orden franciscana, llamados “las cuatro columnas de la observancia”. Sobre la puerta está la Inmaculada rodeada por ángeles que abren una cortina.
En el segundo cuerpo, entre los estípites, se ven San Pedro y San Pablo, mientras que al centro se abre la ventana octagonal del coro, a cuyos lados están los símbolos franciscanos y bajo de ella dos personajes que han sido identificados como Duns Escoto y Sor María de Agreda.