Mar y murallas, sol y cañones, palmeras y baterías, casas de colores pastel y sobrios baluartes de piedra forman el contraste magnífico de esta ciudad única en México, donde detrás de las fortalezas militares se encuentra la amabilidad, alegría y calidez de los campechanos.
RECORRIENDO CAMPECHE
El área protegida que ameritó la inscripción en la lista del Patrimonio Mundial consta de 181 hectáreas totales donde hay más de mil edificios históricos. El corazón de esta área corresponde a las 45 hectáreas de la vieja ciudad amurallada que hoy es el centro y que apenas tiene mil metros de longitud en su eje mayor.
Es fácil recorrer a pie la ciudad amurallada. Incluso, rodearla siguiendo el trazo de la muralla misma por el Circuito Baluartes significa un recorrido de menos de 3 kilómetros. Claro, aquí el problema puede ser el calor, que entre marzo y octubre es muy intenso.
Una buena alternativa a las caminatas es el Tranvía Turístico. Sale cada hora de la Plaza de la Independencia, entre las 9 y las 12, y las 17 y 20 horas, todos los días del año. Su recorrido suele durar unos 45 minutos, y cuesta $80 por adulto y $20 por niño de tres a nueve años de edad.
Los taxis en Campeche no usan taxímetro. Un recorrido largo dentro del centro, cuesta $40. Los autobuses urbanos cuestan $4.50 y tienen distintas rutas pero siempre del centro a la periferia.
CAMPECHE PATRIMONIO MUNDIAL
San Francisco de Campeche fue fundado en 1540 por Francisco de Montejo el Mozo como un nuevo acceso a la península de Yucatán y también como puerto de vigilancia y aprovisionamiento en las rutas hacia la Nueva España. Muy pronto los piratas ingleses, franceses y holandeses hicieron de Campeche blanco de repetidos ataques. Los asaltos se prolongaron durante los siguientes cien años y alcanzaron su punto culminante en la segunda mitad del siglo XVII. Para repeler esos ataques poderosas fortificaciones fueron construidas en la ciudad entre 1686 y 1704.
Campeche quedó inscrita en la lista del Patrimonio Mundial en 1999, bajo el nombre de “Ciudad Histórica Fortificada de Campeche”. Dos criterios llevaron a esta inscripción. El primero reconoce a Campeche como un modelo de urbanismo de una ciudad portuaria barroca con su trazo reticular desplegado en el espacio hexagonal que forma la muralla. Su centro y sus barrios tradicionales conforman uno de los conjuntos arquitectónicos antiguos más armoniosos y mejor conservados del país. El segundo criterio ve en esta ciudad un ejemplo destacado de la arquitectura militar que España utilizó en sus posesiones caribeñas en los siglos XVII y XVIII.
La mayor parte de la muralla que rodeó el centro de la ciudad se perdió a lo largo de los siglos XIX y XX, pero aún se mantienen en pie algunos tramos de ella, además de casi todos los baluartes, baterías y fuertes externos. Por si fuera poco, Campeche es una ciudad muy placentera. Campechano en español es el gentilicio que identifica a la gente nacida aquí, pero también es un calificativo que se aplica a la gente amistosa y que se toma la vida con calma. Cuando uno visita esta ciudad, entiende por qué el gentilicio adquirió ese otro significado.
SITIOS DE INTERÉS Catedral y Puerta de Mar
La Plaza de la Independencia también llamada Parque Principal, es una fresca explanada arbolada y dotada de un gran quiosco que marca el centro de la ciudad. En su lado norte se ubica la Catedral, uno de los edificios más notables de la ciudad. Los orígenes de esta bella iglesia se remontan al siglo XVI, pero fue en los siglos siguientes, sobre todo en el XVIII, cuando adquirió su forma y estilo barroco actuales. Sus torres, con su remate abombado, son bastante peculiares para el ámbito mexicano. Uno se llama “Torre Española” y, la otra, “Torre Campechana”. Por el oriente la plaza ostenta un edificio con una doble serie de portales, mientras que al poniente, hacia el lado del mar, se levanta el edificio de la Biblioteca del Estado. Otros varios elegantes edificios civiles cierran por el sur el espacio de la plaza; entre ellos destaca la Casa Número 6 (de la calle 57) que ahora es un centro cultural y museo con la exhibición de mobiliario al estilo de la época porfiriana (todos los días de 9 a 21 horas; $5).
Hacia el poniente por detrás de la Biblioteca, se encuentra una de las cuatro puertas con que contaba la antigua ciudad y que por haber mirado hacia los muelles y el Golfo de México se llama Puerta de Mar. La original fue demolida en el siglo XIX; la actual es una reconstrucción de la década de 1950. Si hoy en día no mira al mar, es porque durante el siglo XX se le ganó terreno al océano.
Resguardando dicha puerta se hallaba el Baluarte de Nuestra Señora de la Soledad, que desde 1989 alberga un muy interesante museo donde se exhiben varias estelas y otras grandes piezas escultóricas mayas (martes a domingo de 9 a 17 horas; $29 pesos).
Del Teatro Toro al Ex Templo de San José
Con sus viejas casonas pintadas de amarillo, naranja, verde, rosa y azul, todas las calles de la vieja ciudad amurallada resultan encantadoras para un solo recorrido, sin embargo, le podemos recomendar la calle 12, que tiene uno de los tramos más largos en el viejo centro.
En su parte norte, entre las calles 51 y 53 se puede ver el Teatro de la Ciudad Francisco de Paula Toro, que al haber sido construido en 1833 y 1834, es uno de los teatros mexicanos más antiguos que sigue funcionando como tal. En la siguiente calle, la 55, se ubica la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús, un austero aunque bello edificio de la segunda mitad del siglo XVII que en sus orígenes atendió a la feligresía negra de la ciudad.
Dos calles más al sur, en el cruce con la calle 59, se alza la Iglesia de San Francisquito, un templo franciscano de fines del siglo XVII. Su fachada es muy sencilla; no obstante, a semejanza de la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús, conserva sus hermosos retablos barrocos originales de tonos blanco y dorado. El claustro adyacente que hace siglos funcionó como hospicio de San Roque ahora alberga al Instituto de Cultura de Campeche.
Un par de calles después, toda la cuadra que se encuentra entre las vías 12, 10, 63 y 65 alberga un gran conjunto arquitectónico compuesto por la antigua Iglesia de San José y lo que fue su colegio adjunto. El templo, un notable edificio del siglo XVIII con la fachada decorada con azulejos, al estilo poblano, ahora se utiliza como sala de exposiciones temporales. A su vez, el colegio, antaño a cargo de los jesuitas, es hoy el gubernamental Instituto Campechano (lunes a viernes de 7 a 21 horas).
La Puerta de Tierra
En el costado oriente del centro sobrevive otra de las antiguas puertas, la hoy llamada Puerta de Tierra, que en su momento fue custodiada por el Baluarte de San Francisco. Esta fortificación contiene una pequeña exposición museográfica relativa a la piratería (lunes a domingo de 9 a 16 horas; admisión $30 pesos).
Entre este baluarte y el que sigue al sur (el Baluarte de San Juan) están la Puerta de Tierra y 400 metros de muralla, que son el mayor tramo que sobrevivió en pie a los embates de la modernidad. El Baluarte San Juan tiene un par de escenografías que se refieren a la época de los piratas, son bastante sencillas, pero vale la pena visitarlas, para llegar al baluarte hay que caminar por el antiguo paso de ronda, el corredor que conectaba a todos los baluartes por el borde superior de la muralla. Cerca de esta puerta hay también dos edificios notables: la señorial Casa del Teniente del Rey, del siglo XVIII y el también virreinal edificio del Archivo Municipal.
San Román
En torno a la ciudad amurallada se hallaban, desde mucho antes que las defensas, varios barrios. Al noreste estaban los de San Francisco, Guadalupe y Santa Lucía; al oriente, el de Santa Ana, y al sur, el de San Román Mártir. Todos ellos han conservado hasta nuestros días sus antiguas iglesias, sencillas, pero bonitas, así como un amplio caudal de casas multicolores, casi todas ellas de un solo piso, gruesas cornisas, puertas de una sola hoja y ventanas con rejas de hierro forjado.
De todos estos barrios, quizá el más llamativo es el de San Román, fundado por indios mexicas. Durante siglos fue el centro de la actividad naval de Campeche. Su iglesita de piedra resguarda al muy venerado Santo Cristo Negro, y junto a ella se abre un tranquilo parque.
Fuerte de San Miguel
También extramuros se hallaban varias construcciones militares que formaban parte del sistema de fortificación de la ciudad, entre ellas los fuertes o reductos de San José el Alto y de San Miguel, al norte y al sur respectivamente. Aunque ambos son muy impresionantes, hay que destacar el de San Miguel por su ubicación en lo alto del cerro de Bellavista, desde donde goza de una de las mejores panorámicas de mar y tierra en la península de Yucatán. Además, alberga al pequeño pero magnífico Museo Arqueológico de Campeche, cuyo acervo incluye el entierro de un rey y varias máscaras de Calakmul, cerámica funeraria de Jaina, esculturas y alfarería de otros grandes sitios mayas del estado (martes a domingo de 8:30 a 17:30 horas; admisión $35 pesos).
ARETSANÍAS
El producto más emblemático de Campeche es el sombrero Panamá, que a pesar de su nombre, se fabrica en el pueblo de Becal, unos 100 kilómetros al norte de la ciudad. Este sombrero se teje con jipi, la fibra de la palma jipijapa con la que se hacen también bolsos, cajitas, canastas y otros productos. Otras fibras que se utilizan en la región y con las que se hacen productos similares y muy atractivos son las de yute y henequén.
En la zona se trabaja también la madera con la que se fabrican cajas, marcos y hasta ceniceros. Los productos locales de cerámica, orfebrería y aun de talabartería pueden no tener tanta fama como los de otras partes de México, pero de cualquier modo son bonitos y vale la pena darles un vistazo.
Un sitio recomendable para compras es Tukulná Casa de Artesanías, cuadra y media al sur de la Plaza Independencia. Sus precios no son bajos, pero ofrece productos muy variados y de calidad provenientes de todos los pueblos del estado. Además, ocupa una vieja casona digna de visitarse (lunes a sábado de 9 a 20 horas).
GASTRONOMÍA
La cocina campechana es simplemente soberbia. Muchos de sus mejores y más afamados platillos se sirven en toda la península de Yucatán. Entre ellos destaca la cochinita pibil, un delicioso guiso de cerdo que se hornea envuelto en hoja de plátano y se adereza con naranja, pimienta y pasta de achiote; el poc-chuc, que se prepara con carne de cerdo asada y marinada en jugo de naranja y limón o la sopa de lima, por sólo mencionar algunos. También está toda la amplia gama de antojitos peninsulares, como los panuchos, los papadzules, las tortas de pavo o de jamón claveteado, y las múltiples variedades de tamales locales (torteado, horneado, colado, etc).
Pero además, la cocina campechana tiene un particular y formidable giro marino. Hay que probar los chiles xcatic (una variedad de chile grande, amarillo y no muy picoso) rellenos de cazón, el pámpano en escabeche o, en el verano, el riquísimo cangrejo moro en sus varias preparaciones. Y sobre todo, nadie puede omitir los camarones locales, que son de los mejores del país. Los camarones al coco son una experiencia sublime: se presentan empanizados, acomodados en la mitad de un coco y acompañados con salsa de manzana.
Capítulo aparte son las excelentes frutas de la región: mango, piña, zapote, ciricote, nanche, con las que se hacen postres espléndidos. Y para los calores, nada como las aguas frescas. Mientras visita el centro, pase a las heladerías y pida, por ejemplo, una horchata de coco, un agua de cebada o la deliciosa y refrescante agua de piña con chaya.
DESCUBRE MÁS DE CAMPECHE
La muralla de forma hexagonal que protegía a la ciudad de Campechetenía un perímetro de 2,720 metros, estaba formada por ocho baluartes y cuatro puertas: la Puerta de Mar, la de San Román, la de Guadalupe y la de Tierra. Ahora es posible sólo ver dos lienzos de la muralla, siete baluartes y dos puertas.
TIPS DE VIAJERO
Martes, viernes y sábado a las 20 horas tiene lugar el espectáculo de luz y sonido en la Puerta de Tierra. Hay espectáculos similares en Edzná a las 19 horas, y en las fascinantes grutas de X’tacumbilxuna’an, cerca de la ciudad de Hopelchén, de martes a domingo, entre las 10 y las 16:30 horas.
FIESTAS Y TRADICIONES
Es una de las pocas ciudades mexicanas donde el Carnaval se celebra en gran escala, con bailes, desfiles de carros alegóricos, juegos mecánicos y pirotécnicos.
Entre septiembre 14 y 30 tiene lugar desde hace siglos la Feria de San Román en torno a la capilla de este barrio. Como otras fiestas patronales mexicanas, las celebraciones religiosas (procesiones y misas) se ven acompañadas de verbenas populares y juegos mecánicos. Para festejar la fundación de la ciudad está la Feria de San Francisco, durante la primera quincena de octubre, con eventos religiosos, cívicos y culturales, además de exposiciones.
CÓMO LLEGAR Automóvil. Se localiza en la costa occidental de la península de Yucatán, a 1, 155, 1697 y 1869 km por carretera de México, Guadalajara y Monterrey, respectivamente, pero a sólo 494 km de Cancún.
Avión. El Aeropuerto Internacional Ingeniero Alberto Acuña Ongay se localiza a 6 km al sureste del centro de Campeche, por la salida a China. A él llegan las aerolíneas Aerocalifornia, Aeroméxico y Mexicana.
Autobús. Las principales líneas de autobuses que conectan a Campeche con el resto del país son ADO, Sur y ATS.