En esta población, ubicada en el extremo oeste de la ciudad de México, todavía se respira un aire más limpio y fresco que en el resto de la urbe.
Caminar por sus calles empinadas que suben y bajan, con rectas que se quiebran de repente, nos hace sentir su accidentada topografía.
El ajetreado ritmo de vida de sus habitantes contrasta con el ambiente campirano y apacible que tenía este sitio hace poco más de cincuenta años.
HISTORIA DE CUAJIMALPA
Su nombre original era Cuauhximalpan, “sobre las astillas de madera”, y tiene que ver con la actividad que realizaban sus antiguos pobladores, quienes eran leñadores y talladores de madera. Formó parte del señorío tepaneca de Azcapotzalco hasta 1437 cuando fue conquistada por los mexicas. Hernán Cortés la bautizó como San Pedro Cuauhximalpan y a lo largo del virreinato sus habitantes continuaron con sus trabajos de carpintería y con la producción de carbón, sin desatender la agricultura y la ganadería. En el siglo XVII los frailes carmelitas levantaron aquí su convento, al cual llamaron Santo Desierto de Nuestra Señora del Carmen de los Montes de Santa Fe.
A comienzos del siglo XIX, durante el movimiento insurgente, aCuajimalpa llegó el cura Hidalgo quien se hospedó en el entonces Mesón San Luisito; ahí estuvo una noche y después se dirigió al Monte de las Cruces, donde tuvo lugar aquella gran batalla en la que vencieron al ejército realista. Recuerdos de esa visita perduran aún en dicho mesón, ahora convertido en el Museo Hidalgo.
En 1862 se creó el municipio de Cuajimalpa y, durante el porfiriato, fueron introducidos en San Pedro servicios como el agua, el alumbrado público y la industria de materiales para la construcción. Carrancistas y zapatistas tuvieron enfrentamientos en El Contadero y San Pedro.
Hasta los años cuarenta del siglo XX la población era todavía rural; poco después empezó a cambiar lentamente hasta mostrar su rostro actual; una localidad con muchos habitantes, tráfico intenso, vida agitada y gran contraste entre lujosos conjuntos habitacionales y viviendas de clase humilde.
RECORRIENDO CUAJIMALPA
La avenida Juárez es la vía más antigua de Cuajimalpa y nos lleva desde la carretera México-Toluca hasta el centro de la población. En su esquina con la calle de Coahuila podrá conocer un par de casas típicas, de las cuales quedan muy pocas. La primera se encuentra junto a una fuente de piedra que colocó ahí el Ayuntamiento en 1902, y presenta el portal y el techo a dos aguas revestido de tejas; sus ventanas muestran los marcos en tabique aparente. Del otro lado, numerosas plantas ubicadas sobre un balcón de celosía le dan un toque pintoresco a la casona, que se complementa con varias jaulas de pájaros cuyo trino es notorio.
Al llegar al Jardín Hidalgo, la plaza principal, lo envolverá un ambiente de frescura aportado por sus árboles de amplia fronda; cuenta con bancas para descansar y dos glorietas, en una de ellas se ubica el clásico quisco ochavado en torno al que cantan los pájaros. En su costado sur apreciará también algunas casas antiguas con techos inclinados, como se usaba enCuajimalpa hace muchos años. Frente al jardín se localiza el Foro Pedro Infante como un homenaje de los pueblos y colonias de la delegaciónCuajimalpa a este personaje popular, quien filmara en este lugar parte de la película Vuelven los García.
A un costado observará las oficinas de la delegación, que ocupan el lugar donde estuvo el Palacio Municipal.
Una singular barda con celosía hecha a base de tabiques delimita el atrio de la Parroquia de San Pedro Apóstol, con piso de cemento y pocos árboles. Su portada es de estilo neoclásico, en la que sobresale un friso formado con metopas y triglifos (elemntos de la arquitectura griega) y una cornisa de buen grosor, dos nichos enmarcan el acceso. Sobre la cornisa se levanta un arco truncado que no cierra y al centro, sobre una peana o base, el escudo papal que alude a Pedro como el primer papa de la iglesia católica remata la portada. La piedra de tezontle rojo recubre la fachada del templo, que presenta dos torres de campanario. Su interior cuenta con una nave y crucero, mientras que San Pedro Apóstol preside el altar mayor dentro de un ciprés. Las bóvedas y cúpula del templo lucen sobrios ornamentos. Sobre sus muros laterales se aprecian varias pinturas al óleo. Es importante mencionar las variadas figuras de vírgenes y santos ubicados a lo largo del crucero.
Del Jardín Hidalgo tome rumbo al sur por la calle Veracruz hasta salir a la carretera México-toluca, siga rumbo a Acopilco para enseguida tomar el retorno hacia México y continuar por la desviación hacia el Desierto de los Leones. Al inicio de este camino estrecho se localizan numerosas fondas y puestos en el antiguo sitio de La Venta, que ofrecen a los visitantes un amplio surtido de quesadillas, sopa de médula y de hongo, jugos, tamales y atoles. Este gran escenario de belleza natural formado por bosques, barrancas y elevados cerros, está decretado como Parque Nacional desde 1917 y, a partir de entonces, ha sido considerado como un lugar propicio para la recreación y el esparcimiento de sus visitantes, quienes pueden dar paseos en bicicleta, hacer días de campo o planear una parrillada con los familiares y amigos.
Otro de sus atractivos es el Ex Convento Carmelita que emplearon estos frailes como lugar de retiro y meditación y, al cual, dada la tranquilidad de su ambiente y su enorme extensión, le llamaron el desierto. Desde luego leones no hubo nunca aquí, la referencia proviene de un pleito legal entre los hermanos de apellido León contra un descendiente del cacique de Coyoacán, José Patiño Ixtolinque, por la posesión de estas tierras en el siglo XVIII. Hoy en día está convertido en el Museo Bicentenario donde se exhiben fotografías antiguas del pueblo de Cuajimalpa, de las ermitas que aún subsisten dentro del área del ex convento, y una maqueta de este último. Asimismo, ofrece un restaurante, salones para exposiciones, actividades culturales, conciertos de música sacra y ferias dedicadas a la horticultura. Dentro del ex convento, recientemente se inauguró, con motivo del centenario de la Revolución, el Museo Zapata, ambientado como cuartel; ahí se exponen fotografías del Caudillo del Sur acompañadas de sus frases célebre, otros espacios muestran un campamento zapatista, un tianguis y una colección de rifles mauser, ambos de la época.
Al incorporarse de nuevo a la carretera, no puede terminar el paseo sin pasar a las famosas Fresas con Crema del km 23.5 para deleitarse con esta típica combinación en un local con 43 años de tradición. Se sirven con azúcar, vainilla, pasas, nuez, canela y un par de galletas; también puede saborear plátanos y duraznos con crema.
TIPS DEL VIAJERO
Aunque usted no lo crea, la representación de la Pasión de Jesucristo enCuajimalpa es la segunda más concurrida, después de Iztapalapa. Se lleva a cabo en el centro de Cuajimalpa desde finales del siglo XIX, y un aspecto que la distingue es la tradicional Cuelga de Judas Vivos el Sábado de Gloria. La Feria de Cuajimalpa también es notable, celebrada en Semana Santa; ahí los vecinos ofrecen diversos productos del país como artesanías, comida y joyería, entre otros.
ANECDOTARIO
Durante la Revolución se dice que los zapatistas cortaban una oreja a los habitantes de San Pedro para distinguirlos de los carrancistas. Por otra parte, Mario Almaraz García nos cuenta: “Había calles de terracería, principalmente la Veracruz, hace unos 45 años, luego la asfaltaron; entonces las casas eran de adobe, no había edificios. Al terminar sobre esta calle, en la mera esquina de Veracruz y juárez, estaba un rodeo para los charros”.
DONDE COMER EN CUAJIMALPA Fresas del Kilómetro 23.5
Carretera federal Toluca-México, km 23.5
El Contadero.
Restaurante de los Monjes
Calzada del Desierto de los Leones.
Parque Nacional Valle de las Monjas.
Teléfono: 1579 0125.