Pueblo típico tarasco con una plaza central rodeada por portales.
Aquí los franciscanos construyeron un monasterio en 1570.
Su iglesia presenta una sobria portada plateresca.
A la derecha del templo se extiende una elegante portería cuyos arcos ostentan columnas con capiteles en forma de carneros con ángeles y motivos frutales y vegetales.