Es el único monasterio que se localiza en el centro de la ciudad.
Su iglesia parroquial construida a finales del siglo XVI presenta unas peculiares columnas salomónicas.
El exconvento anexo, fundado en 1615, custodia retablos dorados de gran valor churrigueresco del siglo XVII, mientras que su portada es sobria, teniendo como única decoración pequeños nichos del que destaca uno en forma de cruz en donde se admira la imagen de Cristo.