Conjunto agustino de 1592. En la construcción se usó una figura de piedra de Atepanécatl, siguiendo las instrucciones dadas por el virrey Mendoza que indicaban la conveniencia de usar piedra de los templos indígenas destruidos para la edificación de iglesias y monasterios.
El atrio contiene tumbas y una capilla abierta en la que se oficiaba la misa para los indígenas.
La fachada del templo es sumamente sencilla, mientras que el interior es de tres naves, al igual que las basílicas.
El claustro conserva frescos murales del siglo XVI, entre los cuales destaca la representación del Domingo de Ramos.