Construcción franciscana erigida hacia 1533, ha sido declarada Monumento Nacional, junto con la capilla abierta que quedó bajo custodia del Departamento de Monumentos Coloniales.
El atrio en forma de L, que ha sufrido varias modificaciones, hoy ocupa 2,950 metros cuadrados.
Los retablos que alberga contienen obras del escultor Tomás Juárez, pinturas de Juan Correa, Juan Sánchez Salmerón y otra atribuida a Baltazar de Echave Orio.
También se conserva un Cristo de caña de maíz, una Virgen Dolorosa y en la sacristía se expone una pintura de Luis Juárez.
La capilla abierta presenta decoración con elementos prehispánicos, ubicándose dentro del llamado arte tequitqui: luce altorrelieves con motivos vegetales, figuras femeninas, cráneos, caras descarnadas y otros motivos relacionados con la muerte.
El claustro conserva restos de pintura mural en los que se distinguen figuras de grullas, aves con cola foliada, guirnaldas, ángeles y motivos de clara influencia manierista.