La hacienda de El Soyatal tuvo su época de esplendor durante el siglo XIX y principios del presente, siendo la producción de granos básicos su principal actividad económica, y en menor medida la ganadería.
Se componía de casi 7 mil hectáreas, en donde vivían cerca de 600 habitantes hacia finales del siglo pasado.
Lo más atractivo del lugar es el templo y la casa grande, ambos obra del arquitecto práctico Refugio Reyes.
El caso fue, en los albores del siglo XX, uno de los más hermosos del estado, belleza que podemos atestiguar a pesar del avanzado estado de deterioro en que actualmente se encuentra.
La casa grande de esta hacienda porfiriana luce una fachada sobria y contrasta con el buen gusto en los decorados y en los detalles arquitectónicos de los interiores, supervivencias de su pasado esplendor.
El último dueño que residió por lo menos temporalmente en la hacienda fue don Carlos Arellano Valle, quien a causa de desavenencias con los habitantes del lugar, y a raíz de la afectación agraria, dejó prácticamente abandonado el lugar hacia 1939, y desde entonces a la fecha la finca se ha ido deteriorando inexorablemente.
Hace no muchos años sus instalaciones fueron aprovechadas como escuela rural elemental para los jóvenes del ejido y lugares cercanos, lo que aceleró su destrucción.
El templo de la Santa Cruz del Soyatal fue construido por orden del hacendado Luis Valadez, a finales del siglo pasado (1897) cuyos restos descansan desde 1909 en una parte del recinto sagrado.
En el altar principal se encuentra una hermosa imagen del Sagrado Corazón de Jesús, motivo por el cual las fiestas del lugar se celebraban en el mes de junio.