Fue una de las risueñas tierras de transición entre los rumbos fríos del Valle de México y los cálidos del Valle de Cuautla donde Sor Juana Inés de la Cruz nació hace más de tres y medio siglos.
El despliegue de Tepetlixpa es un tanto excéntrico, puesto que sus principales espacios públicos están dispersos en distintos puntos del pueblo. Nepantla, en cambio, se vuelve un destino indispensable por ser la cuna de la Décima Musa.
Por la antigua carretera México-Cuautla (federal 115) se llega fácilmente aTepetlixpa. Es sorprendente lo cerca que está de Amecameca y, sobre todo, de Ozumba. La Parroquia de San Esteban Protomártir, visible desde lejos por su ubicación en lo alto de un cerro. Este templo recuerda el siglo XVI por su portada sobria y su amplio atrio rodeado por un muro de piedra interrumpido por espléndidos juegos de arcos. Por cierto, el que está frente a la iglesia ostenta como remate una imagen que parece de San Miguel Arcángel vestido a la usanza barroca. Desde ahí, en los días claros la vista es magnífica: el templo con el volcán Popocatépetl y sus rollizas fumarolas al fondo.
Si este templo tuvo convento, ya lo perdió. En cambio, en su interior conserva un viejo retablo barroco con algunas muestras de policromía. Aunque incompleto, aún tiene un par de lienzos antiguos. A su izquierda, en el presbiterio hay un gran cuadro de ánimas con Cristo crucificado y a manera de intercesores, San Francisco y Santo Domingo, los fundadores de las grandes órdenes religiosas medicantes. Hay también otras imágenes cristológicas dentro del templo.
El despliegue urbano de Tepetlixpa es un tanto excéntrico, puesto que sus principales espacios públicos están dispersos en distintos puntos del pueblo. Una cuadra al sur de la parroquia, se encuentra la Casa de Cultura Rosario de la Peña, un edificio dicimonónico que ahora está siendo restaurado. Su nombre honra a la poetisa y amiga de famosos poetas del siglo XIX, como Manuel Acuña, Ignacio Ramírez y José Martí, entre otros. En contra esquina está la Presidencia Municipal. La siguiente calle al sur, Benito Juárez, conduce hacia el poniente a la Monumental Plaza de Toros, con capacidad para ocho mil espectadores, que vale la pena conocer cuando se celebra algún evento. En sentido opuesto, la misma vía lleva a la Plaza Cívica, una agradable explanada con su quiosco y lo que antes fue el mercado municipal.
Avanzando hacia el sur y sobre la calle 5 de Febrero se encuentra primero: los restos de la antigua Capilla de la Asunción; luego, un par de cuadras al oriente, se llega al colorido Santuario del Dulce Nombre de Jesús, donde se venera la imagen de Cristo crucificado así conocida.
Cuenta la historia que unos peregrinos procedentes de Huazulco, Morelos; pasaron por aquí en algún año entre 1830 y 1840. Llevaban cargando la imagen. Para pernoctar, la gente de Tepetlixpa los acogió y ayudó a poner una capilla provisional para la bella escultura. Pero el día siguiente, cuando los peregrinos quisieron continuar su camino, no pudieron levantarla ni con la ayuda de amigos. La gente de Tepetlixpa entendió entonces que el Cristo quería quedarse con ellos y compraron a los de Huazulco la imagen. Desde entonces está ahí. A lo largo de las décadas, se le ha ido construyendo su santuario, cuyo interior ahora está decorado con brillantes pinturas de colores con escenas evangélicas. El Dulce Nombre de Jesús, que recibe peregrinos de la región y otras entidades de la República, es festejado con alegría durante el mes de enero.
Otra de las grandes virtudes de Tepetlixpa es su comida. Quizá no hay poblado en México con mayor número de restaurantes por habitante. Suman docenas los que están a la orilla de la vieja carretera México-Cuautla. En ellos uno encuentra quesadillas, tlacoyos, tamales, pancita, sopa de médula, etc. La cecina se sirve y se vende para llevar, lo mismo que la deliciosa longaniza. Hay también nata y pan dulce de variadas clases que puede acompañarse con ella, aunque lo clásico son los cocoles.
Siguiendo hacia el sur por la carretera a Cuautla, se llega a San Miguel Nepantla, que está a escasos 7 kilómetros al sur de Tepetlixpa. La distancia, aunque corta, es suficiente para apreciar el cambio de clima. Mientras que Tepetlixpa comparte el aire frío y el entorno de coníferas del sureste del Valle de México, en Nepantla se siente con fuerza el calor de los valles de Morelos. Los pinos poco a poco desaparecen para dar lugar a encinos o, en los jardines domésticos, a brillantes bugambilias.
Visitando primero el Centro de Cultura Sor Juana Inés de la Cruz, un complejo del Instituto Mexiquense de Cultura con varios espacios interesantes. Uno de sus salones de cobijo a las ruinas de la casa donde nació Sor Juana Inés de la Cruz. Por siglos, las ruinas de la vieja finca en donde se dice que nació estuvieron a la intemperie. Sin embargo, en 1995 se construyó este centro cultural donde ahora están resguardadas. No se ve más que la base de los muros de piedra de un recinto. El salón está decorado con mosaicos donde aparecen escritas las famosas redondillas de Sor Juana, así como tres de sus más conocidos sonetos. De los muros cuelgan también lienzos con pinturas alusivas a la poetisa hechos por distintos artistas, como Alfredo Zalce, Leopoldo Flores, Guillermo Ceniceros, Enrique Cattaneo y Roberto Ortega Guerrero, entre otros.
Llama mucho la atención otro salón aledaño que es una especie de museo de Sor Juana Inés de la Cruz. Se muestran reproducciones de pinturas clásicas de la poetisa y de documentos suyos, así como maquetas de recintos determinantes en su vida, como la capilla de Chimal donde fue bautizada, y el convento de San Jerónimo en la Ciudad de México, donde pasó sus últimos 27 años de vida como monja de clausura. Más impresionantes aún son algunas obras de arte virreinal que agregaron pinturas, esculturas y numerosos muebles como sillas, bargueños y baúles. Ese salón cuenta además con un estante de libros en venta.
El centro cultural tiene también una pequeña biblioteca, talleres, salas para música, danza y conferencias y un foro al aire libre, que en el clima templado de Nepantla resulta acertado. En definitiva, tanto por su despliegue de arte, como por las ruinas de la casa de la Décima Musa, el lugar es un punto imprescindible de la Ruta de Sor Juana.
El Museo de Serpientes Vivas El Teutle está ubicado 50 metros más allá del centro cultural. Este herpetario (uno de los pocos que hay en nuestro país fuera de los zoológicos) abrió sus puertas en 2009, por eso no es tan conocido. Muestra más de medio centenar de serpientes. Aunque algunas de ellas son extranjeras, la mayoría son mexicanas. De hecho, este museo se especializa en víboras de cascabel, que son nativas de América, y de las que México, por cierto, es el país con mayor número de especies. Se pueden admirar cascabeles diamantadas, neotropicales y serranas (también llamadas cola negra o teutle). Todas ellas son tan fascinantes como letales, aparte, ver comer a estos reptiles es un espectáculo increíble.
Sor Juana en Nepantla y Tepetlixpa
Sor Juana Inés de la Cruz nació en una pequeña hacienda que su abuelo arrendaba de los frailes dominicos en San Miguel Nepantla. En cuanto a Tepetlixpa es difícil saber si la niña tuvo mayor relación con el poblado, salvo que probablemente pasó por él cuándo, a los tres años, se la llevaron a vivir a Amecameca.
En Nepantla
No hay señalamientos en Nepantla. Solo hay un poblado, un crucero con puente peatonal y vías laterales para que los autos den la vuelta. Para llegar al Centro Cultural Sor Juana Inés de la Cruz y al Museo de Serpientes Vivas El Teutle es necesario doblar al sur. Los recintos se hallan a seiscientos metros al fondo de la cañada.
Centro Cultural Sor Juana Inés de la Cruz
Se sabe que la habitación donde nació Sor Juana era llamada La Celda, pero es imposible asegurar que las ruinas correspondan a ella. Circuito Sur s/n, Casco Urbano. Teléfono: 01 (597) 977 3038. Abre de martes a sábado de 10 a 18 horas y domingo de 10 a 15 horas. Acceso $10 pesos.
Museo de Serpientes Vivas El Teutle
También muestra en su colección un buen número de tarántulas, tortugas, iguanas y hasta un pequeño cocodrilo Moreletti y un formidable monstruo de gila. Carretera 115 México-Cuautla. Teléfono: 01 (55) 4327 9234. Abre de lunes a domingo de 10 a 18 horas. Acceso $30 pesos.www.elteutle.com.mx
Cómo llegar Automóvil:
* Desde Ozumba son unos dos kilómetros al suroeste por la avenida José Alzate hasta llegar a la carretera México-Cuautla (federal 115). Siga derecho y cruce la carretera. El templo de San Esteban está 600 metros más adelante.
* Desde el centro de la Ciudad de México por las autopistas a Puebla (150 D) y a Cuautla son 71 kilómetros.
* Desde Toluca a través del Distrito Federal y las mismas dos vías anteriores son en total 118 kilómetros.
Autobús:
* Central de Autobuses de Oriente (TAPO): aborde uno de la línea Los Volcanes, que salen cada hora.