Hoy se asientan en el territorio tabasqueño cuatro grupos étnicos: nahuas, chontales, mayas-zoques y choles. Sin embargo, la cultura indígena dominante es la chontal, ya que muchas de las costumbres y creencias tabasqueñas se basan en su antigua cosmogonía, permeada por rasgos mayas y olmecas.
Esta herencia cultural determina la hechura de una variedad de obras de arte popular. En cada hogar indígena la comida y las bebidas se sirven en jícaras ahumadas, sus cucharas ceremoniales están bellamente talladas con figuras en los mangos; para sus bateas se emplea cedro rojo y los altares o las calles donde se realiza una ceremonia se ornamentan con papel de china.
En todas las iglesias de la región indígena de Nacajuca y la costa existe la costumbre de orar al santo en idioma chontal, mientras una persona traduce al español.
En casi todas las poblaciones de Tabasco se hacen representaciones del martirio de Cristo en la Semana Santa, principalmente en las iglesias de Tamulté de las Sabanas y Quintín Arauz donde se cuelgan del techo pequeños barcos preciosamente tallados en madera, como agradecimiento por algún favor recibido.
La celebración más importante es la del 12 de diciembre en honor de la Virgen de Guadalupe, a quien se le erigen altares en barrios y colonias y en todas las poblaciones del estado. En cada casa donde se viste el altar, el peregrino es recibido con una exquisita comida que consiste generalmente en tamales colorados y atoles de diferentes frutos.
Para cada celebración religiosa hay un mayordomo encargado de preparar una gran olla de chocolate que distribuye entre los asistentes a los actos litúrgicos.
En Tenosique, durante el carnaval se representa la famosa danza de El Pochó. Sea o no festividad, en todo el estado se toma como bebida refrescante el pozol, que se sirve en jícaras que se hacen en Jalpa, Centla y Zapata. También se labran bellamente las duras cubiertas de los cocos, que se utilizan para los mismos fines.
Se confeccionan en barro bellas formas de apaxtles, ollas, platos, tazas, sahumerios y comales, algunas veces adornados con sencillo pastillaje que generalmente elaboran las mujeres de los municipios de Tacotalpa, Centla y Jalpa de Méndez, sobre todo para servir y preparar comidas ceremoniales.
La alimentación de los tabasqueños es sabrosa y variada, pues incluye el armadillo, el tepescuintle en adobo, la jicotea, el pochitoque y el guao (variedades de tortugas de tierra) en sopas y guisados, el pejelagarto asado, los deliciosos tamales de chipilín y los famosos totopostes, además de las mil formas en que se cocinan los plátanos.
Cada uno de los diecisiete municipios que integran el estado tiene su fiesta y sus celebraciones propias, en las cuales el pueblo se regocija con la música y las danzas regionales, manifestaciones artísticas que reflejan la creatividad de la gente tabasqueña. Por ello, todo en Tabasco es arte, todo en Tabasco es cultura.