En puntos estratégicos de la exuberante vegetación del estado deVeracruz, la memoria histórica se recrea a través de testigos silencioso: construcciones de, cal y canto que emergen de sombríos bosques, en medio de valles y cañadas o en la arenosa planicie costera.
Este como parte de un proceso iniciado con la conquista española, que en trescientos años logró transformar el paisaje y la cultura del Nuevo Mundo, cuya puerta de entrada fue Veracruz.
En Veracruz se ensayaron y afirmaron las diversas actividades que luego moldearían al nuevo al nuevo reino: fortificaciones levantadas en terreno arenoso de isla o en llano frío para dar seguridad a los conquistadores; caminos sembrados de posadas para el descanso del viajero militar o comercial y puentes que sorteaban cascadas y barrancas con sus leyendas de amor a cuestas, o marcados por hechos de sangre, en aras de una patria independiente.
Antiguos pueblos de indios vieron asombrados cómo los árboles de maderas finas se transformaban en vigas para sostener techos de extrañas casas o edificios que, retando el equilibrio, convertían los espacios en cúpulas, torreones y espadañas, como símbolos del nuevo poder que se tejía en villas, pueblos y ciudades.
En el Estado de Veracruz las obras de cal y canto adquieren relevancia no sólo por el carácter histórico que les dio significado, sino también por la luz, el mar y la pródiga naturaleza que es su peculiar marco expresivo.