Se le llama salsa a una mezcla de ingredientes los cuales tienen por objeto acompañar a un plato. Existen diversos autores los cuales definen la salsa como un aderezo líquido para los alimentos.
La palabra salsa proviene del latín salsus (poner en sal), el cual indica que un alimento es salado debido al empleo de condimentos con sal.
Nada como acompañar una buena comida con una deliciosa salsa para darle más sabor y ese toque picosito que a los mexicanos nos gusta tanto.
La capsicina es la principal responsable del picante en los chiles. Es más de 100 veces más potente que la piperina, la sustancia responsable del picante en la pimienta. La capsicina no tiene olor ni sabor, simplemente estimula la liberación de neurotransmisores, los que a su vez incentivan los puntos receptores de dolor en la lengua y el paladar. En respuesta a este dolor, el cerebro libera endorfinas, que incrementan el metabolismo, liberando más saliva y transpirado por la piel en forma de sudor.
En la gastronomía de México existe un número infinito de variedades de salsas. El elemento básico es el chile, el cual se puede utilizar tostado, asado, frito, hervido o crudo.
A las salsas mexicanas se les puede agregar alguna hierba como hoja de aguacate, hoja santa, cilantro, epazote, o quelites. Alguna fruta como mango, durazno, papaya, xoconoxtles o tunas. Y como ingredientes adicionales se encuentran el ajo, la cebolla, jitomate y tomate.
Las salsas mexicanas son una verdadera delicia para el paladar.