Vicente Teodoro Alonso nació en la comunidad de Zacualpan, en Colima.
En 1909 asesinó al estadounidense Chas F. Templo de la Colina Lumber Company, en el camino a Cerro Grande, quedándose con un fuerte botín de dinero.
Desde entonces tuvo fama de bandido y fue sentenciado a muerte por las autoridades mexicanas.
Sus crímenes fueron en aumento y las leyendas acerca de él también crecieron.
La gente no lo quería, porque sólo llevaba pena y desgracia a los lugareños, ya que a donde llegaba se robaba a las mujeres y nunca daba dinero al pueblo.
Autonombrado como Villista y Teniente, y en sus aires de revolucionario le escribió al General Juan José Ríos ofreciéndole entregar armas.
En aquella carta se puede leer lo siguiente: “… no soy partidario carrancista ni villista, nada más ando en el partido villista pa’ tener bandera alguna.”
Con tal de rendirse, exigió al gobierno del estado de Colima demasiadas condiciones, que finalmente el General Ríos niega.
Una mujer, por él raptada llamada Ramona Murguía, se puso de acuerdo con un asistente suyo para cobrar la recompensa que el gobierno ofrecía, por lo que en la piedra de Juluapan, mientras éste dormía, le decapitan.
Su cabeza fue expuesta al público fuera de Palacio de Gobierno del estado de Colima, siendo gobernador del estado el General Juan José Ríos, en 1917.