Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron una plataforma la cual sería la base del Monumento a la Independencia proyectado hace 174 años por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna.
El zócalo de ese Monumento a la Independencia mide 8 metros de diámetro y 28 centímetros de altura.
El INAH informó que para los arqueólogos Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos, resulta significativo que un elemento arquitectónico de estas dimensiones defina una de las plazas más grandes del mundo.
El equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH ha comprobado lo antes citado en fuentes: que el monumento proyectado por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna para conmemorar la Independencia, cuya primera piedra se colocó el 16 de septiembre de 1843, se convirtió en víctima de un México endeudado y convulso.
Desde el 21 de abril de 2017, el INAH realiza la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, la cual contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana por parte del Gobierno de la Ciudad de México.
Al acercarse al norte del asta bandera, registraron “la sección de una plataforma de planta circular a escasos 30 centímetros de profundidad. Ésta posee 8 metros de diámetro por 28 centímetros de alto, y se encuentra rodeada por un patio circular de tres metros de ancho”.
El basamento fue afectado por una excavación hecha a fines del siglo XX para introducir el asta bandera.
El arqueólogo Alejandro Meraz Moreno explica que “la plataforma está construida con un núcleo de mampostería y paramento de bloques de basalto de diferentes dimensiones; el piso del patio consta de lajas, mientras que la banqueta está conformada por grandes bloques de basalto, riolita y andesita”.
Los arqueólogos indican que en 1983, durante los trabajos de salvamento arqueológico con motivo del proyecto de la Línea 8 del Metro (la cual pretendía cruzar la Plaza de Constitución), su colega Fernando Miranda y un gran equipo de colaboradores registraron el basamento, pero éste no pudo ser explorado en su totalidad debido a la suspensión de los trabajos que se obtuvo gracias a la movilización ciudadana y del propio INAH.