Al llegar, uno descubre en sus plazas, calles y edificios una metrópoli hermosa, bien cuidada y de excelente gusto. Pero aún hace falta ver lo mejor de Querétaro, que son sus interiores. Hay que entrar a sus templos, palacios y conventos para descubrir en ellos una de las ciudades más deslumbrantes de México.
RECORRIENDO QUERÉTARO
Con 400 hectáreas de extensión, el Centro Histórico de Querétaro es el sexto mayor del país, aunque ocupa el cuarto lugar nacional por el número de monumentos históricos. De un extremo a otro tiene unos 2 kilómetros de largo. Considerando el clima benigno del Altiplano y las pendientes relativamente suaves, podemos decir que es un rumbo ideal para ser recorrido a pie.
Para un primer vistazo del centro, los tranvías turísticos son una opción muy interesante; hay cinco compañías distintas que cuentan con taquillas conjuntas en la Plaza de Armas, el Jardín Zenea y la Plaza de la Constitución. Los recorridos de este tipo por el Centro Histórico salen de las 10 a las 18 horas todos los días, suelen durar poco menos de una hora y cuestan entre $60 y $70 pesos, aunque también hay otros recorridos que van a puntos más lejanos.
Los taxis en Querétaro no usan taxímetro. Un recorrido dentro del centro, aun de extremo a extremo (de Santa Rosa de Viterbo al Acueducto) cuasta $30 pesos. El trayecto a la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ), que se ubica en la orilla sureste de la ciudad, cuesta $42 pesos (al aeropuerto, sin embargo, cuesta $250 pesos). Hay colectivos que cuestan $6.50 pesos y tienen servicio para discapacitados; coloquialmente se les llama “rutas”.
QUERÉTARO PATRIMONIO MUNDIAL
La primera razón para elegirla fue su doble origen (indio y español) que se refleja en su perfil urbano original. En efecto, en 1532 el cacique otomí Conín, que tomó el nombre español de Fernando de Tapia, estableció aquí un primer poblado indígena. Más tarde llegaron a él colonos españoles a los que se agregaron grupos de tarascos y chichimecas. La ciudad se dividió: al oriente estuvo la parte india que todavía se distingue por sus calles empinadas, estrechas y sinuosas; al poniente, en terreno llano, quedó la parte española, con su traza cuadriculada. Muy pronto, sin embargo, la ciudad se volvería cultural y demográficamente mestiza.
Por otra parte está la larga lista de sus tesoros arquitectónicos individuales. Con 1,400 edificios considerados monumentos importantes, el Centro Histórico de Querétaro es uno de los más ricos del país. Entre tales monumentos hay varias joyas, sobre todo de los siglos XVII y XVIII. Y algunas de ellas, como Santa Clara, Santa Rosa de Viterbo o el Claustro de San Agustín, son en verdad obras maestras extraordinarias de la arquitectura y la escultura universales.
Habría que considerar dos motivos más: uno es la participación de la ciudad como escenario fundamental de la historia de México; el otro es el cuidado que residentes y autoridades han tenido durante las últimas décadas para mantener su centro limpio, ordenado, seguro y libre de comercio ambulante.
SITIOS DE INTERÉS El Templo de San Francisco y la Plaza de Armas
El centro de la ciudad lo marca la Iglesia de San Francisco, fundada en 1548, aunque el edificio actual es de la segunda mitad del siglo XVII. De la altiva iglesia hay que destacar el relieve de Santiago Apóstol, presente en la portada, y el original campanario. El ex convento adjunto funciona ahora como Museo Regional de Querétaro, y su acervo incluye fósiles y piezas arqueológicas halladas en el estado, además de una gran serie de obras de arte virreinal (martes a domingo de 10 a 19 horas; admisión $41 pesos).
Frente al Templo de San Francisco está el bonito Jardín Zenea, que ocupa el espacio del antiguo atrio, donde se ven un agradable quiosco y una linda fuente de Hebe, la diosa griega de la juventud. Si se camina al oriente por el andador 5 de Mayo se llega a la Plaza de Armas, también llamada “Plaza de la Independencia”, una bellísima placita decorada con una serie de laureles de la India, además de una fuente dedicada al marqués de la Villa del Villar del Águila, principal promotor de la construcción del acueducto en el siglo XVIII. Los edificios que la rodean son excelsos: la Casa de la Corregidora, la Casa de Ecala y la Casa de los Cinco Patios.
La Iglesia de Santa Clara y la Casa de la Marquesa
A cuadra y media del Templo de San Francisco, por la calle Madero, se llega a una mansión virreinal conocida como la Casa de la Marquesa, mandada a edificar en 1756 por el marqués de la Villa del Villar del Águila como regalo para su esposa. Es una de las construcciones barrocas de carácter civil más impresionantes del país. El trabajo en cantera, los enrejados y los demás detalles son excelsos. El lugar funciona ahora como un hotel de categoría especial (teléfono: (422) 212 0092;www.lacasadelamarquesa.com.
En la esquina con la calle Ignacio Allende, inscrita bajo un arco triunfal, está la Fuente de Neptuno, obra del arquitecto, escultor y pintor mexicano Francisco Eduardo Tresguerras; se ubica en el jardín que antecede a la famosa Iglesia de Santa Clara, que es otra más de las glorias deQuerétaro. La iglesia y el convento (ahora desaparecido) de Santa Clara fueron construidos en la primera mitad del siglo XVII. Sin embargo, poco después el templo fue sometido a una total renovación que lo convirtió en la esplendorosa antesala al cielo. Está cubierto de dorados retablos barrocos; llama la atención en la parte de atrás el magnífico trabajo de herrería de las rejas del coro, las tallas que las acompañan y la elaborada celosía de la parte alta.
La Catedral y la Iglesia de Santa Rosa de Viterbo
Dos calles más en dirección poniente se llega a la Catedral. Querétaro no fue sede episcopal en sus primeros siglos de existencia. La actual Catedral fue en sus inicios el Oratorio de San Felipe Neri. Este templo, que se terminó de construir en 1805, tiene una fachada tan rara como notable, que es una transición entre los estilos barroco y neoclásico. Ostenta una serie de columnas desiguales y hermosos trabajos escultóricos tanto en los medallones como en el relieve principal.
Otras dos cuadras y media al sur se llega a la Plaza Mariano de las Casas frente a la que se yergue el majestuoso Templo de Santa Rosa de Viterbo, que compite en hermosura con el de Santa Clara. Su beaterio (una especie de convento femenino) se fundó en 1670, aunque este templo se levantó entre 1727 y 1752. Su exterior, con una rara torre y gruesos botareles, es magnífico; su interior lo es más, por sus retablos obra del maestro Francisco Martínez Gudiño. A diferencia de los retablos de Santa Clara, aquí la pintura juega un papel protagónico. No deje de admirar las rejas del coro, el púlpito con incrustaciones de carey, concha y plata, y las pinturas y esculturas de la sacristía.
Santo Domingo y San Agustín
Un poco más al oriente aparece otra serie de grandes monumentos. Primero la Iglesia de Santo Domingo, cuya capilla adyacente en honor a la Virgen del Rosario tiene una señorial fachada con soldados bigotones a modo de cariátides.
En la calle de Allende está la famosa Casa de los Perros, que perteneció al arquitecto barroco Mariano de las Casas. Se trata de una casona de cantera que lleva ese nombre por la serie de gárgolas exteriores en forma de perros. En el interior, otras esculturas en la fuente a modo de gárgolas completan el decorado.
Un poco más allá, en la esquina de Pino Suárez y Allende, se encuentra el extraordinario complejo conventual de San Agustín. Junto a la iglesia barroca se aloja desde 1988 el Museo de Arte de Querétaro, en lo que fuera el ex convento. Este museo exhibe en sus 18 salas una amplia colección de obras virreinales y modernas. Destacan varios lienzos de maestros novohispanos como Luis Juárez, Baltasar de Echave Ibía, Cristóbal de Villalpando y Juan Correa. No obstante, la mejor obra en exhibición es el edificio mismo (martes a domingo de 10 a 18 horas; admisión $30 pesos; martes entrada libre).
Convento de la Santa Cruz y Acueducto
El Convento de la Santa Cruz, además de un variado legado de arte sacro de los siglos XVI al XIX, tiene un gran valor histórico. Este convento franciscano fundado en 1683 fue el primer Colegio de Propaganda Fide en América, y como tal se dedicó enteramente a la formación de misioneros para los distintos rumbos del ámbito novohispano. Aquí estuvo la alcoba del emperador Maximiliano en los últimos días del Segundo Imperio Mexicano.
En uno de sus patios crece un raro arbusto cuyas espinas tienen la forma de la cruz de Cristo. Por detrás del convento, a unos 200 metros, se encuentra un mirador que permite admirar un largo tramo de la estructura más emblemática de la ciudad: el Acueducto. Esta obra, construida entre 1726 y 1738 para traer agua de buena calidad a la ciudad, fue financiada en su mayor parte por Juan Antonio de Urrutia y Arana, marqués de la Villa del Villar del Águila. La arquería que conducía el agua hasta el Convento de la Santa Cruz tiene 1,280 metros de longitud y consta de 74 arcos, el más alto de los cuales tiene 23 metros.
ARTESANÍAS
Las artesanías más típicas de la ciudad son las elaboradas por las indias otomíes: preciosos bordados de lana y muñecas de tela. En la zona se fabrican también objetos decorativos de metal, pewter, cerámica, madera, mármol, resina y mimbre; hay también óleos y deshilados, por no mencionar las mil variedades de golosinas y dulces de leche. Los carritos que se ponen en el andador Libertad y varias de las tiendas de esta misma vía ofrecen artesanías y otras curiosidades.
GASTRONOMÍA
Sin ser una de las cocinas regionales más famosas del país, la cocina queretana es de cualquier modo sofisticada, diversa y sabrosísima. Varios platillos pueden disputarse el título del más clásico de Querétaro. Entre las sopas destacan la sopa de elote y la sopa queretana (con camote, pechuga de gallina, manteca, yemas de huevo y varias especies), y entre los antojitos, los tamales de muerto (la variante local del tamal cuyo relleno se hace con queso y chile), las enchiladas queretanas (hechas con chile cascabel en una salsa roja y cruda que se fríe junto con la tortilla) y las gorditas de migas.
Para platos fuertes se recomiendan el pollo almendrado, que lleva una salsa elaborada con jitomate, hígado de pollo, perejil picado y chiles jalapeños; la lengua mechada, que es lengua de res con jamón serrano, chorizo, jamón, alcaparras, pasas, almendras y jerez; el nopal en penca, que es una gran penca de nopal abierta por la mitad y rellena de nopales y otras verduras picadas; el pollo en huerto (con frutas), y las carnitas de puerco, que deben comerse en tacos.
Hay bebidas típicas locales como el atole de aguamiel, el menjengue (licor de pulque y frutas) y la prodigiosa (bebida espesa de maíz y frutas). Los postres son magníficos, le recomendamos los camotes, la capirotada, el mantecado (una nieve hecha con leche, huevo y canela, y aderezada con pasas y frutas cristalizadas) y las frutas al horno.
TIPS DE VIAJERO
Sobre el piso de las calles del Centro Histórico encontrará, constantemente, una gran Q redonda y de metal. Estas marcas son del sistema de audioguías de la ciudad, sólo debe de marcar el número que tiene cada distintivo y podrá escuchar información interesante de los lugares en los que se ubican. Los audífonos se rentan en la Secretaría de Turismo.
FIESTAS Y TRADICIONES
Durante la Semana Santa, se celebra una gran Procesión del Silencio el Viernes Santo. En Día de Muertos se montan grandes altares y en Navidad se organizan eventos musicales y desfiles con carros alegóricos. Una celebración religiosa muy peculiar es la Fiesta de la Santa Cruz que tiene lugar a mediados de septiembre en torno al convento homónimo. Está dedicada a la aparición de la Santa Cruz durante una batalla del siglo XVI e incluye danzas de concheros, visitas de pajareros y verbena popular.
Además están las fiestas cívicas y, entre el último fin de semana de noviembre y el segundo de diciembre es la Feria Internacional de Querétaro, con distintas exposiciones, eventos culturales y conciertos de estrellas de la canción mexicana.
CÓMO LLEGAR Automóvil. Se localiza en el centro de México, a 210, 380 y 720 km por carretera de México, Guadalajara y Monterrey, respectivamente. Avión. El Aeropuerto Internacional de Querétaro, inaugurado en 2004, se localiza unos 25 km al oriente de la ciudad (carretera estatal Querétaro-Tequisquiapan No. 22500; teléfono: (442) 192 5500; www.aiq.com.mx). A él llegan las aerolíneas Aeromar, Aeroméxico, Continental y Delta. Autobús. Las principales líneas son Estrella Blanca, ETN, Futura, Ómnibus de México, Primera Plus, Servicios Coordinados y Transportes del Norte.