1.- Cerrado
Es recomendable que al pedir ostiones, te los entreguen cerrados y tú veas cómo los abren.
De ésta forma sabrás que son frescos y no rellenaron la concha, una práctica muy común en algunos sitios.
2.- Agradables a la vista y al olfato
Es natural buscar que lo que comas se vea y huela bien, especialmente si se trata de mariscos. Si alguna concha no te da confianza no la comas.
3.- Prueba uno crudo
La mejor manera de probar un ostión es comerlo crudo, así podrás degustar la dulzura, la acidez y el sabor del mar.
Un buen ostión no debería saber como un trago de agua salada.
4.- Masticar bien
No se deben tragar. Procura masticarlos y sacarles el jugo, mientras disfrutas de su sabor.
5.- No ahogarlos en salsa
Es muy común que para sazonarlos se llenen de salsa, limón y demás condimentos.
Si lo haces, poco quedará del sabor esencial.
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