Kukulkán, la serpiente emplumada, la deidad maya del poder, el dios de todos los elementos, el conquistador, fundador de la tierra y señor del viento y de la lluvia, el dueño del Castillo para los mayas-itzáes, reina enCancún recorriendo la piel en forma de número 7 que bordea la laguna de Nichupté y hospeda a los hoteles más importantes de la ciudad. Esta lengua de tierra de 23 kilómetros permite el acceso a la isla y sus diez playas públicas con accesos señalados: Playa las Perlas (km 4), Playa Langosta (km 5.5), Playa Tortugas (km 6.5), Playa Caracol (km 8.7), Playa Gaviota Azul (km 9.5, frente a Punta Cancún), Playa Chac Mool (km 10), Playa Marlín (km 13.5), Playa Ballenas (km 14), Playa Delfines (km 17, donde se encuentra el Mirador) y Playa Nizuc (km 22, frente a Punta Nizuc).
La historia del sitio turístico más famoso del México que inicia el siglo XXI, está ligada a esta avenida de cuatro carriles, que sigue recibiendo un magnífico mantenimiento y que luce camellones en perfecto estado, arbolados y ajardinados para disfrute de los visitantes.
Lo que empezó como una brecha en 1970, conocida como el Boulevard Costero, cambió el nombre en 1980 al inaugurarse la Fuente de Kukulkán. Es imposible calcular la gran cantidad de recursos que han ingresado al país gracias a esta avenida, una de las más conocidas de México, pero es un hecho que resulta fundamental para dar una imagen digan a Cancúnante los visitantes y fluidez de las actividades que ahí se desarrollan.
RECORRIENDO A KUKULKÁN
Parece mentira que hace apenas cuarenta años esta parte de México estaba ocupada por un minúsculo grupo de familias, dedicadas a la pesca y al cultivo de cocos, mientras el resto eran manglares y una pequeña duna extendida frente a la costa. Hoy, la historia es otra. Iniciando desde el centro de la ciudad y conduciendo hacia el poniente transcurren los primeros nueve kilómetros del camino, hasta llegar a Punta Cancún, donde se concentra buena parte de la vida nocturna y los mercados artesanales en los alrededores de Plaza Caracol. A partir de este punto la calzada tuerce hacia el sur por los 14 kilómetros restantes que separan el Caribe del sistema de lagunas, pasando por los centros comerciales Forum by the Sea, Plaza Flamingo, La Isla y Plaza Kukulkán. Cruza también por dos de los tres sitios arqueológicos destacados de la zona: San Miguelito (donde se hospeda ahora el Museo Maya de Cancún) y El Rey (el mayor de todos), además de contar con puentes en los extremos que ligan a las lagunas y el mar, mientras anclan a tierra firme lo que alguna vez fue una pequeña línea insular. También cuatro campos de golf (dos de 18 hoyos y dos de 19 hoyos) se encuentran a lo largo de su ruta. Antes de llegar a tierra firme y al acceso al aeropuerto internacional, es posible encontrar, además de una zona de manglares en recuperación, un parque acuático con toboganes y espectáculos de delfines.
Conducir por el boulevard es un gozo especial, pues permite conocer los grandes hoteles y desarrollos habitacionales y sentir la vida que, durante 24 horas, se mueve a su alrededor. Los deportistas y los empleados de la zona hotelera circulan muy de mañana. A medio día el flujo familiar, con grupos trasladándose a la playa o a practicar deportes acuáticos en la laguna. Para la tarde las zonas comerciales son refugio contra el calor y antojo para los amantes de las compras. En la noche las luces y la música inundan la mitad norte de la avenida, mientras barcos piratas realizan recorridos nosturnos frente a la zona hotelera. En ambas aceras y a todas horas, restaurantes de todos los niveles y estilos, además de pequeñas fondas esperan a los hambrientos. En Cancún es posible encontrar todo tipo de cocinas para todos los bolsillos.
De trazo y señalización perfecta, Kukulkán hospeda también, anualmente, el recorrido del Maratón de Cancún, una de las carreras de fondo más reconocidas de nuestro país.