Monasterio dominico levantado por fray Domingo de Santa María y fray Pedro Hernández sobre una plataforma ceremonial indígena.
La iglesia que hoy se contempla, reemplaza a la primitiva que se derrumbó.
Su fachada principal es de estilo barroco.
El retablo del altar mayor posee mucho ornato con obras de Andrés de la Concha que escenifican pasajes de la vida de Jesús y la Virgen María.
Se puede admirar un extraordinario grupo de crucifijos con Cristos de fisonomía indígena y un altorrelieve en mármol pintado al óleo, junto con figuras de tamaño natural que representan imágenes del Descendimiento.