Distante 29 kilómetros al noreste de la ciudad de Aguascalientes, y a solo siete de Cañada Honda, rumbo a Asientos, se localiza la comunidad ejidal de Jaltomate, y al término de la misma nos encontramos con la exhacienda. Desde las postrimerías del siglo XVI se originó, y a lo largo de la época colonial fue creciendo desmedidamente el número de tierras, hasta convertirse en un dilatado latifundio de 353 mil hectáreas, del vínculo del Mayorazgo Rincón Gallardo o Casa de Ciénega de Mata, cuyas tierras ocupaban porciones bastantes respetables de los actuales estados de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes. La hacienda de Jaltomate era la más pequeña de 15 haciendas que tenía el Mayorazgo, con una extensión de 4 mil hectáreas. Jaltomate fue formada por esta familia con tierras, en un principio pertenecientes a las haciendas de Santa María y Palo Alto. Hacia 1861 el titular del Mayorazgo, el coronel José María Rincón Gallardo, Segundo Marqués de Guadalupe, decidió deshacer el vínculo y repartió las haciendas entre sus hijos.
La de Jaltomate quedó en manos de Rodrigo, quien llegaría a ser gobernador de Aguascalientes.
Hacia 1861 Jaltomate ya lucía el perfil propio de campo consolidado: tierras de riego y de temporal, numerosos aguajes, buenas trojes, casas para el patrón y para los peones, bestias de avío, terrenos empotrerados, herramientas; se introdujeron mejoras materiales como una presa con una cortina de 160 metros de largo, así como la toma de la Tinaja, pequeña obra de piedra y mezcla. Durante la Revolución, en ella estuvieron apostadas tropas Villistas, saquearon la hacienda, destruyeron el alfombrado de las habitaciones y destruyeron a balazos el reloj que existía en la parte trasera de la misma.
El famoso poeta zacatecano Ramón López Velarde es probable que en una de sus visitas se hubiese inspirado para componer su “Suave Patria”.
Cercana a la exhacienda, observamos una pequeña iglesia no muy alta, construida hacia 1920 con material pétreo. Para 1935 la afectación agraria alcanzó a las productivas tierras de Jaltomate, conservando 110 hectáreas de riego, 60 de temporal y 400 de agostadero.
Hacienda Jaltomate La Hacienda de Jaltomate, Ags., fue originalmente Convento de la Orden de los Frailes Franciscanos en los tiempos de la Colonia, en cuyo primer patio se levantó una estatua de San Francisco de Asís, así como una fuente que amorosamente resguardaba las místicas losetas, por donde en pequeños pasos forjaban sus meditaciones los monjes taciturnos que hicieron historia por aquellos rumbos de hondas esencias espirituales. En 1847, esa construcción le adquirió don Felipe Camarena Alba, bisabuelo de Don Felipe Camarena Anievas, actual propietario de la hacienda quien refiere en los amplios salones sigue latente la luz de las lámparas de aceite que datan del año de gracia de 1700… lámparas que andando los años y ya en el Siglo XX alumbraron las veladas bohemias en las que Ramón López Velarde dio a conocer algunos de sus versos que posteriormente serían famosos ante el concierto de las Letras Nacionales, entre ellos algunos giros de los conceptos ahora inmortales de “La Suave Patria”.
Por invitación de Don Felipe Camarena Chavez, llegaban a esas veladas de Jaltomate -aparte de López Velarde-, el poeta Enrique Fernández Ledesma y el compositor Ignacio “Nacho” Torres, autor de la famosa canción “Jaltomate”, acompañados de Pedro de Alba, quien andando los años sería un diplomático de fama universal.
Cuentan que una noche inolvidable de bohemia, a la luz de las viejas e históricas lámparas de aceite, el bardo jerezano, considerado por la crítica nacional como hijo espiritual de Aguascalientes.