Al norte de Tapachula, la Ruta del Café ofrece una de las combinaciones más increíbles que uno pueda hallar en todo México. Hay naturaleza tropical, ecoturismo, destinos gourmet y elegancia hotelera. Sólo hasta que uno llega a las exuberantes laderas de la Sierra Madre de Chiapas, avista su biodiversidad, visita los cafetales y se hospeda en las fincas. Es un mundo por descubrir, tan fascinante y del que poco se habla.
Junto a esta ruta, hay otros enclaves de gran interés sobre la falda del majestuoso Tacaná, así como una llamativa planta bananera que con gran éxito ha abierto sus puertas al turismo. Esta ruta mezcla regiones cercanas a Tapachula, y para quienes llegan en cruceros a Puerto Chiapas es un recorrido muy atractivo.
1.- FINCA ARGOVIA
Es difícil decir qué es lo mejor de esta fabulosa finca: si su aromático café orgánico, sus edificios de fines del siglo XIX, sus anturios y heliconias de invernadero, su refinada hotelería, su nuevo spa, sus opciones de actividades de aventura o sus bosques circundantes habitados por tucanes, pájaros carpinteros, cotorras y cenzontles.
Esta finca fue fundada hacia 1880 por inmigrantes suizos del cantón de Argovia, de ahí su nombre. Más tarde cambió de manos. Varios de sus sobrios edificios y elegantes espacios, como la ahora recepción, fueron traídos de Oregon, Estados Unidos, y armados aquí hace más de cien años. Esta finca, al igual que las otras de la ruta, conserva su arte de señorial hacienda cafetalera de la Belle Époque.
En las últimas décadas, Argovia se ha diversificado y ha hecho ecológicamente sustentables sus líneas de negocios. La más evidente es, por supuesto, la producción de café, ciento por ciento orgánica. Además de saborearlo, los visitantes pueden conocer la planta de beneficio y, durante el último trimestre del año, la “tapizca”, es decir, la colecta de los granos de café (incluso, si gusta, puede animarse a participar en ella). La selva mediana y alta que los protege, junto con lagunetas y arroyos, han sido recuperados. Otros muchos espacios, otrora depredados, han sido reforestados. Todas las aguas residuales pasan por planta de tratamiento y los desechos se reciclan.
Partes del terreno de la finca se destinan ahora al cultivo comercial de plantas, flores y follajes tropicales de ornato. Son más de 156 tipos diferentes los producidos aquí y uno puede pasarse tardes enteras admirando los anturios, las hawaianas, las maracas, las heliconias, las antorchas y otras decenas de las flores de intensas formas y colores que crecen en los viveros.
Para fortuna de los viajeros, la diversificación de Argovia ha implicado su nueva actividad como hotel. Una parte de las instalaciones antiguas se adaptaron como habitaciones y suites para huéspedes, aunque también se edificaron algunas cabañas nuevas. No hace falta hablar de su lujo y comodidad, Argovia es parte del grupo de hoteles distinguidos como Tesoros de México. En fechas recientes, la finca ha edificado una gran alberca, un temazcal y todo un spa con un selecto menú de masajes y tratamientos.
Su ubicación en la montaña propicia actividades de aventura, por eso cuenta con instalaciones y equipos necesarios para ellas. Hay rutas para ciclismo de montaña, paredes y riscos de unos 25 metros de altura para escalada, y ríos con pozas naturales para nadar. Y además, para quien quiera contemplar la naturaleza, ahí están los bosques-cafetales que se continúan en los bosques vírgenes y donde uno puede ver unas 300 variedades florísticas y 160 especies de aves, además de herpetofauna y pequeños mamíferos. Hay, inclusive, un magnífico mirador elevado desde donde se puede disfrutar el amanecer sobre la espesura y el despertar de las aves y sus vuelos matutinos. Por si fuera poco, la finca espera abrir próximamente un museo y un jardín botánico.
Tip: Argovia es un punto imprescindible de la Ruta del Café. Lo ideal es hospedarse en ella, pero si no lo hace, de todos modos puede visitarla. Hay recorridos para grupos, independientemente si es huésped o no. El Tour de Flores o el Tour de Café llevan sólo un rato y se pueden combinar fácilmente con la comida en el espléndido restaurante Tierra de Café (Teléfono: (962) 626 6115, Celular: 045 (962) 692 3051;www.argovia.com.mx).
Cómo Llegar: En Tapachula tome la carretera Nueva Alemania (a veces señalada “Zaragoza”). Son 40 kilómetros desde el centro de Tapachula hasta donde inicia el ramal de terracería, tras 2 kilómetros estará en Argovia. Hay señalamientos.
2.- FINCA HAMBURGO
El hermoso camino a Hamburgo es un preludio adecuado para esta formidable finca. Las curvas aumentan, las laderas se hacen más empinadas, el rumbo se vuelve más solitario y en vez de pueblos aparece una finca, Maravillas, ornamentada con esbeltas palmeras reales, y luego otra, Génova. Finalmente, a los 1,250 metros sobre el nivel del mar, donde la temperatura apenas oscila a lo largo del año entre los 16 y los 22°C, se llega al enorme beneficio de Hamburgo.
Esta finca fue fundada en 1888 por Arthur Erich Edelmann. Él y sus descendientes la hicieron crecer desde entonces, a pesar de todos los contratiempos del siglo XX. Hoy es próspera productora del aromático café. Prácticamente toda su cosecha se exporta a Estados Unidos y Europa. El lugar en sí mismo vale la pena visitarla, tanto por la ubicación, como por sus grandes instalaciones. La familia Edelmann instaló hacia 1939 un funicular de carga para transportar el café desde las partes más lejanas hasta el beneficio; hoy, la casa de máquinas de dicho funicular alberga un interesante museo donde se muestra la historia del café, así como la historia de la finca y la tecnología aplicada en ella en los últimos 130 años.
En años recientes, Hamburgo también diversificó sus operaciones y abrió sus puertas como hotel. La finca instaló una serie de cabañas, verdaderamente de ensueño; no sólo por su acogedor estilo y sus detalladas amenidades, también por su ubicación en la parte alta de los terrenos de la finca (a un kilómetro del beneficio), desde donde se pueden ver al mismo tiempo los cafetales, la llanura costera y las cumbres de las más altas montañas del extremo sureste de México. No olvide que a esta altitud las nubes suelen revolotear como mariposas por las tardes, por lo que el sitio es simplemente espectacular. Por supuesto, la finca Hamburgo también forma parte de la colección hotelera Tesoros de México.
El restaurante de la finca, llamado Perleberg, es igualmente de antología y no sólo por las fantásticas panorámicas desde su terraza. Es uno de los restaurantes de Chiapas que incluye en su carta sopa de chipilín con bolita, típica de la región, y bratwurst und bockwurst (salchichas blanca y roja, con puré de papa y montadas en cama de col morada), especialidad alemana. Y los dos platillos los preparan muy bien. Aparte, ofrece muy buenas creaciones vanguardistas de su chef, recomendamos el “confeti de dorado agridulce con toques de chile morita” o el “timbal de costilla de puerco en salsa de jamaica y chile de árbol”.
Hamburgo ofrece también varios tipos de paseos. Uno de ellos es para conocer las plantaciones y el beneficio de café, que en el último trimestre del año puede abarcar también la tapizca. Otro muy recomendable es el tour de aventura en la cercana Finca La Chiripa que habitualmente incluye caminata por senderos y por puentes colgantes, descenso a rappel, una larga tirolesa de 300 metros sobre el adyacente Río Cuilco y para los valientes un chapuzón en las frescas aguas del mismo. Ahí también se puede acampar. La ruta es ajustable al gusto de los grupos visitantes.
Para visitar la Finca Hamburgo y disfrutar de sus paseos no hace falta ser huésped. El restaurante también abre para todo público (diariamente de 8 a 18 horas). Además, Hamburgo es el punto de partida para continuar por la Ruta del Café y visitar las fincas Irlanda y San Francisco (Teléfono: (962) 626 7578, 6404; www.fincahamburgo.com).
Cómo Llegar: De la Finca Argovia regrese a la carretera Nueva Alemania y continúe rumbo al norte. Al terminar el pavimento son 10 kilómetros más hasta la Finca Hamburgo (el beneficio y la Casa Grande). El restaurante y las cabañas están otro kilómetro más adelante.
3.- FINCA IRLANDA
El alma ecologista de la Ruta del Café es esta encantadora finca rodeada de bosques y poseedora de un albergue de fauna local en peligro de extinción (incluido el mágico quetzal). En sus orígenes fue propiedad de una familia irlandesa, de ahí su nombre. Más tarde pasó a manos de la familia Peters, de sólidos principios conservacionistas. Cuando a mediados del siglo XX se propagaron por el Soconusco los cultivos cafetaleros a cielo abierto y con uso intensivo de agroquímicos, los Peters optaron por estrategias más naturales de cultivo: preservación de árboles de sombra, eliminación del uso de aditivos químicos, reciclaje de desechos y regeneración natural del suelo. Fue así que, tras muchos experimentos y negociaciones, cuando los cultivos y los alimentos orgánicos eran apenas un buen deseo en casi todo el mundo, la Finca Irlanda logró en 1967 exportar un primer cargamento de 200 sacos de café con un testimonio de sustentabilidad emitido por la certificadora ambientalista alemana Demeter Bund. Esta finca es pues la cuna del café orgánico en el mundo. Por supuesto, el delicioso café de Finca Irlanda, empacado bajo la marca Oro Maya, hoy tiene aval de media docena de certificadoras del primer mundo y se exporta a Suiza, Alemania, Holanda y Estados Unidos.
Visitar la Finca Irlanda permite ver de cerca todos los procesos orgánicos de producción del café y mucho más. Ahí están los viejos edificios de la finca: almacenes, beneficio y otros lugares. Junto a la casa grande, por cierto, está el imprescindible albergue de fauna silvestre, donde viven mamíferos y aves de una docena de especies locales. De aquí que colabore con el ZooMat de Tuxtla Gutiérrez en la preservación y reproducción de ciertas especies (si el quetzal de la finca no está, es porque lo llevaron al ZooMat para aparearse con las hembras de allá). La finca ofrece también recorridos por sus varias reservas ecológicas y excursiones que pasan por bosques de niebla y de coníferas hasta la cumbre del cercano cerro Boquerón, a 2,700 metros sobre el nivel del mar.
En fechas recientes, la finca acondicionó como hotel parte de su antiguo casco. Hoy cuenta con media docena de cómodas y elegantes habitaciones junto a la casa grande (Teléfono: (962) 625 9203, Celular: 045 (962) 625 9203; www.grupopeters.com
Cómo Llegar: Desde la Finca Hamburgo son poco menos de 2.5 kilómetros en dirección poniente, hasta Finca Irlanda. Le sugerimos preguntar en Hamburgo más detalles del camino.
4.- FINCA SAN FRANCISCO
Esta finca es de las más nuevas y pequeñas, cuyo estilo es también una joya. Se ubica a 1,400 metros sobre el nivel del mar, sobre el borde de una montaña que mira hacia el sur y hacia una cañada cubierta de cafetos, de modo que las vistas son como un caleidoscopio que a cada giro de la atmósfera ofrece una combinación única de montaña, cañada, nubes, llanura y costa. Esta finca también está diversificada y aunque se dedica a la producción de café, su giro principal, o al menos el más vistoso, es el de la floricultura. La finca tiene amplios viveros donde cultiva helechos, palmas africanas, anturios, heliconias y hermosísimas orquídeas. Las vende en corte y en maceta. Es difícil cansarse de ver tantas formas y colores juntos. En 2008, esta finca se unió a la Ruta del Café e inició operaciones como hotel. Abrió cuatro lindas habitaciones (dos de ellas con formidables balcones) y un pequeño comedor. Y como los dueños de San Francisco suelen acompañar a los huéspedes en alguna de las comidas, el lugar tiene un cierto aire de Bed & Breakfast. Un toque sensacionalde este lugar son sus corredores y el comedor, adornados con orquídeas. Hay opciones de caminatas y excursiones a rincones cercanos a los que no se resistirá (Teléfono: (962) 625 6334, Celular: 045 (962) 692 3034;www.hotelitosanfrancisco.com).
Cómo Llegar: De la Finca Irlanda, regrese a la Finca Hamburgo. Pasando el beneficio de ésta inicia un camino, a mano izquierda, de unos 3 kilómetros que lleva a San Francisco. Pregunte en Hamburgo cómo llegar o súmese a los tours de Finca Hamburgo que van a los viveros de San Francisco.
5.- SANTO DOMINGO
Al oriente de las fincas de Nueva Alemania, el rumbo, en cuanto a naturaleza, aún es sorprendente. La Sierra Madre de Chiapas abre paso al imponente y fronterizo volcán Tacaná, en cuyas faldas se encuentra el pueblo de Santo Domingo, heredero de lo que fue la gran finca homónima. En su centro se encuentran los restos de tal finca; todos ellos están abandonados, salvo la elegante casa grande que ahora es el Centro Turístico Santo Domingo. Esta casa de estilo estadounidense es grandiosa. Se cree que fue construida en 1920, puesto que tiene labrada esta fecha junto con las iniciales de su dueño, Enrique Braun, en una piedra del arco de entrada al sótano. Sin embargo, un letrero sobre los vidrios de la entrada de la casa lleva la fecha 1929. En su piso superior alberga un modesto Museo del Café y en su planta baja tiene un restaurante con servicio de lunes a domingo de 8 a 20 horas (Teléfono: (962) 627 0055). Su especialidad, muy apreciable, es la parrillada. El sótano ha sido acondicionado como video-bar.
Tip: A unos cien metros del centro de Santo Domingo hay un bonito edificio que antaño funcionara como escuela y casa del pueblo, convertido ahora en hotel administrado también por los ejidatarios de Santo Domingo. Sus diez habitaciones son sencillas, pero cómodas y limpias. Es una buena opción para hospedarse (Teléfono: (962) 627 0060).
Cómo Llegar: Regrese a Tapachula y tome la carretera 200 hacia el noreste con dirección a Unión Juárez, pasará por Izapa, Tuxtla Chico, Cacahoatán y Faja de Oro. Son 37 kilómetros desde Tapachula. Hay atajos pero no hay señalamientos, puede tomarlo con el riesgo de perderse.
6.- TUXTLA CHICO E IZAPA
A menos de media hora de Santo Domingo está el pueblo de Tuxtla Chico, ahora muy visitado por los viajeros que llegan en crucero a Puerto Chiapas, a quienes se les recibe con una presentación de bailables, se les ofrece artesanía y muestras de cacao, la producción típica de la región. Parte del recorrido incluye también la visita a Izapa, la zona arqueológica más importante de toda la costa chiapaneca, ubicada a un par de kilómetros del centro de Tuxtla Chico.
Izapa fue una gran urbe de la cultura mixe-zoque, emparentada con los olmecas, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI a.C. Durante mil años fue la ciudad más grande de la llanura costera del Pacífico. En la zona se han detectado más de 160 pirámides, plataformas y otras grandes estructuras. Muchas de ellas corresponden al Grupo F, un conjunto ubicado junto a la carretera federal 200. Izapa, sin embargo, destaca por el número de sus grandes estelas grabadas. Un par de ellas, muy deterioradas, están también en el Grupo F. Otras pnce, junto con un pequeño conjunto de esculturas forman el llamado Grupo A, situado a kilómetro y medio de aquél. Ambos grupos se pueden visitar de miércoles a domingo de 8 a 17 horas. La entrada es libre.
Cómo Llegar: Tuxtla Chico está a 23 kilómetros al sureste de Santo Domingo sobre la carretera federal 200, y a 10 kilómetros al oriente de Tapachula. Del centro son casi 3 kilómetros al Grupo F de Izapa, cuya entrada está a pie de carretera. Sobre la misma vía, a 600 metros doble a la izquierda y a casi 1 kilómetro hasta la entrada del área de estelas.
7.- MIGUEL ALEMÁN Y SU PLANTA BANANERA
Uno se puede imaginar que el corte, empaque y envío de los frutos de la Musa paradisiaca, conocidos en México como plátanos, es una tarea muy sencilla. Pero la visita a la planta del Grupo Bananero Miguel Alemán, lo desengaña a uno sobre este asunto, al mismo tiempo que le ofrece una fascinante y divertida experiencia.
Aquí ve uno todo el proceso, casi industrial, que va desde el corte de los racimos de los árboles hasta cómo los frutos se empaquetan en cajas y entran en los contenedores. La planta es una cooperativa de 106 ejidatarios del pueblo cercano de Miguel Alemán, quienes se dedican al cultivo del banano y suman así 240 hectáreas conjuntas. La primera parte visitada son los platanares. El banano da fruto una vez al año y en seguida muere, pero junto a él crece el árbol hijo que al año siguiente le tocará fructificar. Cuando el racimo ya está grande se le pone una bolsa de plástico para protegerlo de ciertas plagas durante los últimos días de su maduración. Luego vienen las cuadrillas de jornaleros quienes cortan a razón de 300 racimos diarios y los cuelgan en los ganchos de un riel elevado por donde son deslizados hasta la planta. Ya en la planta, los racimos se “desmanan”, es decir, se segmentan en manos (de ocho a diez manos por racimo); luego, cada mano se corta en gajos (de cuatro a ocho “dedos”, es decir, frutos individuales, cada una). Y ya en gajos, se lavan, inspeccionan, seleccionan y empacan. Todo el proceso, desde que el racimo se corta del árbol, hasta que los gajos limpios y seleccionados se empacan (todavía de color verde), se realiza el mismo día. El Grupo Miguel Alemán exporta estos plátanos a Estados Unidos, vía Puerto Barrios, en Guatemala, también manda una parte importante de su producción a las ciudades de México y Monterrey.
Aunque la visita a esta planta pueda parecer “escolar”, resulta formidable para todo público, sobre todo porque no se parece a nada que uno haya visto antes en un viaje de placer. Las visitas apenas iniciaron en mayo de 2010 como una alternativa de excursión de medio día para los viajeros que llegan a Puerto Chiapas en los cruceros. A los grupos de estos cruceros se les lleva primero al pueblo de Miguel Alemán, donde los alumnos de la escuela primaria les presentan bailes regionales y los feligreses de la parroquia les ofrecen una degustación de exquisitos platillos locales (atole de plátano verde, empanadas de plátano rellenas de queso o frijoles y revolcadas en azúcar, plataninas, plátano frito con queso o leche, tamales chiapanecos y más). De ahí pasan a la planta y ven todo el proceso descrito. Sin embargo, no hace falta ser un crucerista extranjero para disfrutar estos recorridos. Los habitantes de Miguel Alemán reciben con los brazos abiertos a los grupos de viajeros nacionales que también quieran gozarlos.
Tip: Para una visita al Grupo Bananero Miguel Alemán es necesario llamar con antelación y reservar en la Oficina de Turismo Municipal de Suchiate, oficialmente conocida como Ciudad Hidalgo. Comuníquese a los teléfonos (962) 152 4305, (962) 698 0030 y (962) 698 0165.
Cómo Llegar: Nuevamente en la carretera principal, a menos de 1 kilómetro de las estelas de Izapa, doble a la izquierda rumbo a Suchiate a 29 kilómetros. El poblado Miguel Alemán está otros 16 kilómetros al sur de Suchiate, muy cerca de la frontera y de la costa; la planta bananera está 2 kilómetros al suroeste de ahí.
PARA UN VIAJE CORTO
Puede hospedarse un par de noches en Tapachula, pero si prefiere meterse de lleno en la experiencia que supone la Ruta del Café, hágalo a través de sus fincas como Argovia: San Francisco, Hamburgo e Irlanda tienen también cómodas instalaciones y ofrecen recorridos por los alrededores. Así podrá formarse una buena idea de cómo funcionaban antes las haciendas cafetaleras y conocer el proceso del café.
SI VIAJA CON NIÑOS
Les gustará dar un paseo en bicicleta por los alrededores de la Finca Argovia, comer salchichas alemanas en Finca Hamburgo y observar aves en Finca Irlanda. Y, por supuesto, ver el proceso de cultivo del café en cualquiera de ellas es una actividad educativa; lo mismo que acudir a la Grupo Bananero de Miguel Alemán.
INFORMACIÓN
Delegación de la Secretaría de Turismo en Tapachula.
8a. Avenida Norte 20, Centro.
Teléfono: (962) 624 7041. www.turismochiapas.gob.mx