En el año de 1922 llegaron a tierras chihuahuenses muchos hombres y mujeres de tez rosada y ojos claros los cuales se caracterizaban por su laborisidad, por su apego a sus principios religiosos y su pacifismo.
Estas personas venían de Canadá huyendo de las presiones que ejercía la corona inglesa para que prestaran el servicio militar.
Los menonitas, grupo originario de Holanda que se distinguó por seguir lo que predicaba el sacerdote Menno Simonsz, fueron recibidos en México por el gobierno de Álvaro Obregón, quién les vendió 100,000 hectáreas del latifundio de Zuloaga, entre los municipios de Cuauhtémoc, Namiquipa y Rivapalacio, además de permitirles el no sujetarse a algunas leyes del país y respetar su religión.
1,373 familias de menonitas fueron las que llegaron de Canadá a Chihuahua y se dividieron en dos grandes colonias: Manitoba, con cuarenta aldeas y Swinft Curent, con 17. Establecieron un gobierno local teocrático, encomendado a los obispos la vigilancia de la educación y la pureza de la doctrina.
Esta comunidad se caracterizó por ser un grupo cerrado y de poca comunicación con pueblos aledaños, esto en parte debido a la diferencia de idioma y la religión. Era común escuchar que visitar un campo menonita era como retroceder en el tiempo a la Europa medieval, ya que hasta hace algunas décadas se negaban a utilizar herramientas eléctricas o de combustión interna.
Otro de los elementos que aún conservan de su pasado son sus atuendos, particularmente en las mujeres, quienes todavía portan sencillos vestidos en colores obscuros, reminiscencias de costumbres y trajes del siglo XVI del norte de Europa.
Los menonitas solían trasladarse en carruajes tirados por caballos percherones, pero en la actualidad la mayoría lo hace en vehículos modernos.
Los menonitas siempre han sobresalido por ser excelentes agricultores y productores de leche, queso, mantequilla y crema, siendo indiscutiblemente el sabor y la calidad del queso menonita, o tipo Chihuahua, lo que les ha dado fama internacional. También han destacado en la fabricación de maquinaria agrícola, estufas, calentadores y muebles, así como en la administración de comercios y restaurantes.
En diciembre de 2001 la comunidad menonita de Cuauhtémoc inauguró su Museo y Centro Cultural, el cual recrea una tradicional casa menonita holandesa con habitaciones acondicionadas con muebles y utensilios donados por los primeros colonizadores de 1922. El museo también cuenta con maquinaria rústica como lavadoras, planchadoras y refrigeradores de madera, así como mantequilleras y descremadoras antiguas.
En la actualidad en Cuauhtémoc viven más de 50,000 menonitas.