Con una población de casi cuatro millones y medio de habitantes, Guadalajara aún conserva un aire provinciano en cuanto a su calidad de vida. En sus calles proliferan restaurantes que han revitalizado las recetas tradicionales, así como tiendas de diseño, y conservando sus mayores joyas arquitectónicas del siglo XIX.
Guadalajara posee más de veinte universidades, algunas calificadas entre las mejores de México. Además, de noviembre a diciembre, aquí se realiza la feria internacional del libro más prestigiosa de habla hispana: la FIL.
En 2011 fue sede de los XVI Juegos Panamericanos, lo que motivó la construcción y restauración de diversos espacios que ahora constituyen un importante legado para los jaliscienses.
En su Centro Histórico se concentran los monumentos históricos de la capital, así como museos, restaurantes y cafés. En su Plaza de Armas destaca su quiosco traído de Paris en 1908 por motivo del centenario de la Independencia. Muy cerca se encuentra la Catedral Metropolitana que ocupa casi una manzana, posee unas bellas torres con forma de alcatraz invertido y rematadas cada una por una cruz griega de hierro. Se terminó de construir en 1618, pero las torres que se anexaron se cayeron durante un temblor en 1818. Desde entonces ha sido modificada, así se pueden ver vitrales importados de Alemania, altares neoclásicos y un órgano francés. Anexo se encuentra el Templo del Sagrario, construido en el siglo XVIII, y lo que fuera el Arzobispado, actual Museo de Arte Sacro.
En la sacristía de la Catedral Metropolitana se encuentra una joya del arte sacro español: La Purísima Concepción, del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo. Es uno de los cuadros que realizó el artista sobre el tema de la Inmaculada; sus demás cuadros se exhiben en museos como el del Prado, en Madrid. El altar de la Catedral Metropolitana fue dedicado a nuestra Señora de la Rosa, imagen obsequiada por el emperador Carlos V y está realizada en madera de una sola pieza.
La Plaza Guadalajara se encuentra a la izquierda de la catedral, al norte se encuentra la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, diseñada por el arquitecto Vicente Mendiola y erigida en honor a los jaliscienses ilustres en 1954. Es un anillo de cantera sostenido por 17 columnas estriadas, sin base ni capitel donde descansan los restos de personalidades clave de la historia de Jalisco, como José Guadalupe Zuno, Gabriel Flores García y Guillermo Chávez Vega, entre otros.
Cruzando la calle Liceo se encuentra la Plaza Liberación, y un poco más adelante el Palacio de gobierno, construido entre los siglos XVII y XVIII, de estilo neocolonial y que posee un importante museo con la historia de la ciudad y del inmueble. Dos calles a la derecha se encuentra el Teatro Degollado, inaugurado en 1866 con la ópera de Gaetano Donizetti, Lucía de Lammermoore, algo muy de acuerdo con su tiempo, ya que fue construido durante la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa. Por su escenario pasaron grandes personajes como la actriz Virgina Fábregas, la bailarina Anna Pavlovna y el tenor Plácido Domingo. Sus columnas corintias del ortal impresionan, obra tallada en mármol Apolo y sus nueve musas, del escultor Benito Castañeda y el mural de bóveda inspirado en el Cuarto Canto de la Divina comedia de Dante, de Gerardo Suárez, Carlos Villaseñor y el arquitecto Jacobo Gálvez.
A un lado de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres se encuentra el Museo Regional, cuya construcción comenzó en 1743 para albergar al Segundo Seminario Tridentino de San José. Se puede disfrutar de su pinacoteca que abarca obras desde el siglo XVII hasta el XX, además de su colección arqueológica integrada por la osamenta de un mamut que fue encontrada en la población jalisciense de Santa Catarina.
Atravesando la Plaza Tapatía, hacia el este, puedes conocer una de las joyas de la arquitectura neoclásica mexicana: el Hospicio Cabañas, obra del escultor decimonónico Manuel Tolsá, concebido en 1805 como hospicio para huérfanos y desamparados, pero desde 1983 funciona como centro cultural. Destaca por sus dos series de 16 columnas, jónicas las del interior y dóricas las del exterior, y los 53 murales del pintor José Clemente Orozco localizados en paredes, bóveda y capilla. La temática de sus obras explora los momentos más importantes de la historia mexicana, para disfrutarlos al máximo es recomendable realizar el recorrido con guías. El mural más impactante del Hospicio Cabañas se titula El hombre en llamas, y da la impresión de sguir con la vista al expectador, ya que al estar ubicado en una bóveda puede observarse desde cualquier punto de los 360 grados sin perder su perspectiva.
El Mercado de San Juan de Dios es el más grande techado de toda América Latina. Ahí se pueden encontrar artesanías de todo el estado y dulces típicos como borrachitos, membrillos, arrayanes, entre otros. Los puestos de comida se encuentran en el segundo nivel.
En el Parque Agua Azul debes probar las tortas de José, el de la bicicleta, en este puesto móvil se comen tortas ahogadas de cachete hechas por don José, quien lleva 50 años preparando las mejores tortas ahogadas de todo Guadalajara. También puedes dirigirte a la zona de la Universidad para probar las hamburguesas de Pig’s Pearls, cuyos sabores se salen de lo normal, como la de cordero, maple y portobello.
El Museo de la Ciudad cuenta la historia de la capital desde su fundación en 1542. Dos cuadras mas al norte está un hermoso edificio del siglo XVIII, con elementos moriscos y renacentistas, a los que con el tiempo se le han sumado detalles decorativos art nouveau. Originalmente fue un convento agustino, pero ahora es el Museo de Arqueología de Occidente. Un poco más adelante se encuentra el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas, en la casa conocida como “de los perros” en donde se encontraba la primera imprenta de Nueva Galicia, en donde se imprimió El Despertador Americano, el primer periódico insurgente impulsado por Miguel Hidalgo y Costilla. Caminando tres calles mas al norte se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, un templo cuya fachada de cantera de Huentitlán es de estilo churrigueresco construido en el siglo XVIII.
El edificio de la Universidad de Guadalajara fue construido en el siglo XVIII, tras sufrir cierres y conflictos internos en el siglo XIX, a principios del siglo XX se promulgó su ley orgánica y se reconoció su fundación. El Museo Taller Clemente Orozco es la antigua casa y lugar de creación del artista en donde se ofrecen exposiciones y conciertos.
Algunos de los museos más atractivos de la ciudad se encuentran alrededor del Parque Agua Azul, como el Instituto de la Artesanía Jalisciense y el Museo de Paleontología. En estos dos recintos se puede disfrutar de un buen día con los niños, viendo fósiles hallados en el occidente de México, y muy cerca también se encuentra El Globo Museo del Niño de Guadalajara.
La zona metropolitana de Guadalajara es la segunda más poblada de México y está conformada por cinco municipios entre los que se encuentra Tlaquepaque, Tonalá y Zapopan.
El mariachi es una música originaria de las zonas rurales de Jalisco pero fue en Guadalajara donde prosperó y alcanzó la fama de mano de grandes estrellas como el Mariachi Vargas de Tecatitlán e impulsado por el Cine de Oro mexicano, por medio de figuras como Jorge Negrete. En un principio sólo incluía instrumentos de cuerda y los músicos vestían traje de manta, huaraches y sombrero de paja. Hacia el siglo XX adoptarían el traje de charro.