Por su importancia en el trabajo pastoral de Don Vasco y por su amplio patrimonio artístico y arquitectónico, Tzintzuntzan, Pátzcuaro y Morelia pueden ser considerados como el corazón histórico de esta ruta.
Hay templos notables en otros sitios como Cuitzeo, donde se alza el conjunto conventual de Santa María Magdalena, Tripetío, cuyo convento de San Juan Bautista albergó en el siglo XVI a una de las primeras universidades de América, Tupátaro, que ostenta la Iglesia de Santiago Apóstol cuyo artesonado decorado le ha dado el apodo de “Capilla Sixtina de América”, y Erongarícuaro, donde el Templo y Ex Convento de la Asunción hacen gala de una formidable ornamentación plateresca.
Los sitios que no se debe perder por su artesanía son: Cuanajo, donde se hacen muebles de madera, Ihuatzio, que además de una notable zona arqueológica tiene decenas de talleres que trabajan con fibras vegetales como tule y carrizo, Quiroga, donde se vende todo tipo de artesanías michoacana, Capula, pueblo famoso por su variada alfarería, Tócuaro, donde se hacen máscaras de diablo, y Santa Clara del Cobre, donde encontrará una amplia gama de artesanías de cobre. Hay que considerar las paradas que destacan por sus paisajes, como Santa Fe de la Laguna, en la ribera norte del lago de Pátzcuaro, Cuitzeo sobre el lago homónimo, y Zirahuén junto a las aguas esmeraldas del lago del mismo nombre.
En Tingambato está una amplia zona arqueológica, en seguida está Uruapan, puerta sureña de la Meseta Tarasca. Uruapan es un sitio histórico, aquí murió Don Vasco en 1565 durante una visita pastoral. La ciudad cuenta con monumentos destacados como la Huatápera y la Capilla del Santo Entierro, rica artesanía, refinada gastronomía y lindos parajes naturales como la Barranca de Cupatitzio. A unos 30 kilómetros se ubica el Paricutín, con su lava petrificada que en 1944 sepultó al pueblo de San Juan Parangaricutiro.
Hacia el norte se localizan otros poblados como: Angahuan que posee el templo de Santiago Apóstol dotado de una portada plateresca fuera de serie. Nurio tiene una iglesia que también está dedicada a Señor Santiago y una Capilla de la Inmaculada Concepción con artesonados maravillosos. Otros pueblos con bellísimos templos son Zacán, Capácuaro, Cocucho y Charapan. A su vez, poblados famosos por su artesanía son Paracho (capital mundial de la guitarra) y Ocumicho, donde se hacen piezas de barro.
Al otro lado, la Meseta tiene como puerta norteña a Zamora, ciudad famosa por sus iglesias como la catedral o el enorme Santuario de Guadalupe, de estilo neogótico. En sus cercanías está el hermoso lago de Camécuaro.
Al norte de la Meseta Purépecha, esta región ocupa en efecto la cañada del río Duero. Ahí se asientan diez de los once pueblos del nombre, que son: Chilchota, Urén, Tanaquillo, Acachuén, Santo Tomás, Zopoco, Huáncito, Ichán, Tacuro y Carapan.
La Cañada de los Once Pueblos ofrece una ruta rica en arquitectura y artesanía. No hay que perderse el Templo de la Asunción, en Tanaquillo, la Iglesia de San Francisco de Asís, en Acahuén, con su bella portada plateresca y su retablo barroco, así como el Templo de Santo Tomás y el de San Juan Bautista en Carapan con sus techos de viguería. en la región se elaboran textiles, ramos de azahares y piezas de madera tallada, sin embargo, la alfarería es la artesanía más reconocida.
Huáncito es el poblado con los talleres más visitados. No deje de ver las famosas torres de ollas que arman ahí. Por otra parte disfrute la música en Ichán. Con más de 30 bandas de viento, es fácil encontrarse con la música en este lindo poblado.