A mediados del siglo XIX la crisis económica en Francia alentó a algunos de sus habitantes a emigrar a México. Una pequeña colonia proveniente de Dijón llegó a Nautla en 1833 y se estableció en Jicaltepec, una modesta población a 8 kilómetros de ahí. Esta colonia, junto con los indígenas de la zona, fundaron las bases de la que hoy es San Rafael, un pintoresco poblado de arquitectura vernácula típica de la Haute Savoie que sorprende al que lo visita.
Actualmente los descendientes de estas familias aún habitan la ciudad, y el sincretismo de las culturas francesa e indígena se hace evidente en su gastronomía, con la fusión de métodos culinarios o la bienvenida de ingredientes locales a las recetas típicas de esta región de Francia.
Algunas casas francesas se encuentran habitadas y contrastan elegantemente con el paisaje. Se dice que fue la comunidad de San Rafaella que introdujo el método de la polinización manual de las flores de vainilla y así se logró el crecimiento de la producción de la misma, incluso lo suficiente como para exportarla a Europa.
Además de la vainilla, en esta región se cultiva el plátano. Uno de los productos locales es el vinagre hecho con este fruto, que resulta muy interesante para los amantes de la gastronomía.