500 gramos de tomates verdes, sin cáscara y limpios.
15 chiles de árbol.
4 dientes de ajo.
Sal al gusto.
Cuece los tomates y los chiles en agua hirviendo hasta que estén suaves pero sin que se deshagan. Retira del fuego y deja enfriar.
Licúa los tomates y los chiles fríos junto con el ajo, sal y 1/2 taza del agua en que se cocieron hasta tener una salsa homogénea.
Vierte en una salsera para servir.