Hacia la parte centro-oeste de las Barrancas del Cobre, desde las mesetas altas, se desprenden dos prolongadas corrientes, las de Oteros y Chínipas, formando en su recorrido dos de las grandes barrancas de la región, las cuales llevan los nombres de sus respectivos ríos.
Más al norte de Chínipas, estas barrancas se unen y muchos kilómetros abajo, ya dentro del estado de Sinaloa, el río Chínipas se suma al Fuerte, que ya para entonces carga las aguas que provienen de las impresionantes barrancas de Sinforosa, Urique, Cobre y Batopilas.
La bella Barranca Oteros-Chínipas alcanza su máxima profundidad, 1,600 metros en su porción del río Chínipas, aunque parte de la corriente llega a alcanzar los 1,520 metros de profundidad. Esta barranca es de las más desconocidas y probablemente no ha sido recorrida en sus partes más abruptas.
CÓMO LLEGAR
Esta barranca, una de las más largas de la sierra, tiene cuatro zonas de acceso: una es por la región entre Creel y Divisadero; la segunda es por el pueblo minero de Maguarichi; la tercera, y la que se considera su principal entrada, es por Uruachi. Un último camino, difícil por sus malas condiciones, es el de Chínipas.
Los servicios de Maguarichi, Uruachi y Chínipas son modestos; sus hoteles y restaurantes son sencillos y los servicios de electricidad y teléfono tienen horarios limitados y sus caminos son de terracería.
Desde la ciudad de Chihuahua, Maguarichi está a 294 km, por la carretera Cuauhtémoc-La Junta-San Juanito; Uruachi se localiza a 331 km y se llega por Basaseachi, desde donde se hacen dos horas por camino de terracería en buenas condiciones; y Chínipas se encuentra a 439 km y desde Divisadero, hasta donde llega la carretera, son como siete horas de mala terracería.
CUEVAS
Una de las más interesantes es la Cueva de las Momias, en el valle de Otachique cercano a Uruachi. En esta cavidad se conservan restos de tres momias, posiblemente de origen tarahumara, además de numerosos vestigios asociados a esta cultura. Dentro del mismo valle se encuentra la Cueva del Rincón del Oso, con varias piezas arqueológicas como metates y olotes de maíz antiguo.
En Uruachi, pero en el valle de Las Estrellas, está la serie de cavidades de la Peña del Pie del Gigante y la Cueva de la Ciénega del Rincón, la cual cobija algunas casas de adobe del estilo Paquimé.
MIRADORES
Los mejores miradores son los de las barrancas del Choruybo y de Oteros, en las cercanías del poblado de Uruachi. Desde el Cerro Colorado se divisa todo el valle de Uruachi y la Barranca de Oteros, cubriendo una vista de más de 100 kilómetros a la redonda desde donde se alcanza a ver hasta el estado de Sonora.
En Maguarichi se tiene una perfecta vista de la porción superior de la Barranca de Oteros. Y en el mirador Chínipas se ve su valle rodeado de las cumbres rocosas, y el pueblo con su vieja misión junto al río.
FORMACIONES DE PIEDRA
Los Altares, en el valle de Otachique, son una serie de peñas que dan la sensación de ser un laberinto, y el ya mencionado Pie del Gigante, en el valle de Las Estrellas, una enorme roca que resalta por la forma que le dio nombre.
Al pie del Cerro Colorado, el de los miradores infinitos, se encuentran singulares peñas verdosas con unos 70 a 80 metros de altura que sobresalen en el paisaje. A estas formaciones se les conoce como los Cantiles del Arroyo de la Ciénega, y son visibles desde Uruachi.
ARROYOS Y RÍOS
Al fondo de la barranca, descendiendo por Uruachi, se llega al río Oteros, cerca de La Finca, pequeña comunidad a orillas de la corriente, hay un puente colgante que vale la pena conocer. En la población encontraremos de interés sus viejas casas de adobe y sus huertas, llenas de árboles frutales como mangos, aguacates, caña de azúcar, naranjos, limones, papayas, etc. En algunas, las minas impregnan el ambiente con su olor.
La casa que propiamente se llama La Finca, es una enorme construcción de principios de siglo, muy bien conservada. Tiene una gran huerta, una acequia maravillosa que cruza por la ladera de un cerro entre la densa vegetación tropical. En el río Oteros hay pesca de al menos cuatro especies de agua dulce como el matalote y el bagre.
CASCADAS Y AGUAS TERMALES
Las cascadas más importantes de esta zona son las de Rocoroybo, compuestas por tres saltos, el más grande con una caída de cerca de 100 metros. Un día de caminata desde Uruachi se requiere para llegar a ella. También por el rumbo de La Finca, cercano a Uruachi, están las cascadas de Mirasoles con 10 metros de caída, el Salto del Jeco con 30 metros y una de 50 metros que no tiene nombre.
El manantial de Piedra de Lumbre en la comunidad de Maguarichi tiene fama de poseer propiedades curativas.
RUTA DE LAS MISIONES
Como ya se dijo, la región de Chínipas fue la entrada a la evangelización y colonización de la Tarahumara. En sus alrededores existen misiones y vestigios que representan las primeras huellas de la cultura occidental en las Barrancas del Cobre. Entre ellas se encuentran: Santa Inés de Chínipas, Santa Teresa de Guazapares, Santa María Magdalena de Témoris, Nuestra Señora de Aranzazú de Cajurichi y Jicamórachi.
FIESTAS TARAHUMARAS
Dentro de todos los grupos de indígenas que habitaron la región de laBarranca de Oteros-Chínpas se pueden mencionar chínipas, témoris, guazapares, varohíos, tubares y tarahumaras.
Con el paso del tiempo sólo estos últimos, es decir los tarahumaras y los varohíos, han sobrevivido aunque relegados a muy pocas comunidades. De estos grupos, la mejor conserva sus fiestas y tradiciones, como la celebración de la Semana Santa, es la comunidad de Jicomórachi, por el rumbo de Uruachi.
PUEBLOS MINEROS
Esta región cuenta con algunos de los más viejos, hermosos y mejor conservados pueblos mineros que se puedan encontrar en nuestro país. Tal es el caso de Chínipas que se inició como comunidad misional, pero desde el siglo XVIII adquirió su fisonomía de pueblo minero, al ser descubiertos en sus inmediaciones varios minerales. Su arquitectura de adobe es del siglo pasado, y está muy bien conservada. En sus dos plazas señorean dos antiguas locomotoras, que traídas por los mineros ingleses en partes y a lomo de mula, fueron armadas ahí. También se puede admirar un acueducto de construcción decimonónica que ya no se utiliza y que se encuentra en perfecto estado.
Cercano a Chínipas está el viejo mineral de Palmarejo, que data de 1818 y cuyas minas aún producen. Aquí destaca su hermoso templo dedicado a Nuestra Señora del Refugio.
El pueblo de Maguarichi fue fundado en 1749, cuando se encontraron sus minas de oro. Ahora, sin estar despoblado, parece un pueblo semifantasma. Llaman la atención su templo de Santa Bárbara, de fines del siglo XVIII; el hospital viejo levantado en los primeros años del siglo XX; la Casa Banda, el billar y la tienda Conasupo, que son edificaciones del siglo XIX, de dos pisos y en buen estado.
En Uruachi, pueblo minero que se originó en 1736, abundan las grandes construcciones de adobe de dos plantas y sendos muros, y barandales de madera. Sus moradores acostumbran pintarlas de colores brillantes y contrastantes. Desde lejos se aprecian los techos de lámina de sus casas, rasgo característico de casi todos los lugares de la sierra.
RECORRIDOS A PIE
De las excursiones posibles se sugieren las que se realizan desde el valle de Otachique hasta Uruachi, ascendiendo en unas cuantas horas hasta la cumbre del Cerro Colorado y el que va desde La Finca hasta las Cascadas de Rocoroybo, caminata que puede realizarse en uno o dos días, pero que será bien recompensada ante la vista de las cascadas.
De enorme interés escénico es la caminata entre Maguarichi y Uruachi, siguiendo el curso del río Oteros por el fondo de la barranca.