Barrio Mágico Villa de Guadalupe, Ciudad de México
Uno de los santuarios más visitados en el mundo es, sin duda, el de laBasílica de Guadalupe.
Es aquí donde la magia de la fe ha perdurado 480 años, representada en el danzante que baila horas eternas agradecido por la realización de algún milagro y en la esperanza de miles de personas que vienen a pedir a la Virgen de Guadalupe una solución a sus problemas.
No existe en México un centro donde la fe se respire en cada rincón como en la antigua Villa de Guadalupe.
HISTORIA DE LA VILLA DE GUADALUPE
En tiempos prehispánicos, la árida serranía del Cerro del Tepeyac se cubría de espinas y maleza, ahí se adoraba a la diosa Chalchihuitlicue, Matlalcueye o Tonantzin, tres nombres para una sola deidad. Entre los mexicas, Tonantzin era la madre de todos los dioses y su fiesta reunía a muchísima gente que recorría largas distancias para participar en ella. Cuando Cortés sitió la ciudad de Tenochtitlan, el capitán Gonzalo de Sandoval acampó con su ejército en este lugar, llamado por los españoles Tepeaquilla. El 9 de diciembre de 1531, una virgen de tez morena se le apareció al indígena Juan Diego, iniciando así la historia mágica de esta zona.
El pueblo formado a los pies del cerro durante la época colonial se transformó en villa, de acuerdo con las reales cédulas de 1733 y 1748, y dispuso de un gobierno propio. El 12 de febrero de 1828 la villa alcanzó el título de ciudad Guadalupe Hidalgo, y la gente pobre de México iba hasta allá para pasar un día de campo. La Villa de Guadalupe tuvo una importante participación en la historia política de México al firmarse en la sacristía de la basílica los tratados de paz entre México y Estados Unidos el 2 de febrero de 1848.
Manuel Rivera Cambas nos describe este lugar en el último tercio del siglo XIX: “En las orillas salitrosas del lago de Texcoco y a distancia de una lengua de la capital, está el Santuario visitado constantemente por multitud de viajeros devotos o curiosos; conducen a la villa dos calzadas, una de piedra (Misterios) construida sobre los potreros cubiertos de agua la mayor parte del año, y otra de tierra (Guadalupe), sombreada por dos líneas de álamos blancos, cuyo triste aspecto está en armonía con la aridez del Tepeyac y los otros cerros y las tintas oscuras del horizonte. La estación del ferrocarril urbano ha embellecido esa población que cada día prospera y se ensancha…”. Hoy en día, la Villa de Guadalupe es un destino obligatorio en el recorrido de la ciudad de México.
RECORRIENDO LA VILLA DE GUADALUPE
Antes de adentrarse en el centro de esta población, vaya a conocer la antigua Estación La Villa, del ferrocarril México-Veracruz, ubicada sobre la calle Alberto Herrera, dos cuadras al sur. Se construyó hacia 1907 sobre el camino que iba de la capital a la ciudad de Veracruz. Actualmente, aloja alMuseo de los Ferrocarrileros, un espacio destinado a exhibir obras artísticas (como pinturas y fotografías) relacionadas con el tema de los ferrocarriles, así como piezas que formaban parte de la maquinaria, lámparas de señales y aceiteras, entre otras cosas.
Al igual que numerosas familias, parejas y turistas, usted deberá cruzar el puente especial sobre la Calzada de Guadalupe para ingresar en la gran explanada de la villa, conocida como la Plaza Mariana. Un poderoso imán lo atraerá para admirar a los grupos de danzantes que ejecutan sus pasos con gran fervor, dedicándolos a la “morenita del Tepeyac”. Después de un rato podrá pararse frente a la antigua Basílica y darse cuenta de que mejor templo no se podía haber construido para alojar y honrar a la figura de Nuestra Señora de Guadalupe. fue diseñado por el arquitecto Pedro de Arrieta y terminado hacia 1709. Aprecie en su fachada la ornamentación de sus frisos (debajo de las cornisas), los arcos quebrados en sus tres accesos, el juego de columnas en pares de sus dos niveles y, al centro, el estupendo relieve que muestra a Juan Diego con la imagen impresa de la virgen en su ayate. Sus cuatro esbeltas torres también llamarán su atención.
Si le gustó el exterior, al entrar quedará maravillado por varios motivos: su enorme altura, la pintura de la cúpula, el tallado y la decoración de los marcos en las ventanas de los muros; el órgano monumental del coro, los enormes lienzos sobre las paredes laterales y, desde luego, el altar mayor con su notable baldaquino. El hundimiento evidente del piso es otro de sus elementos interesantes. Al fondo, en el costado derecho, se localiza el Sagrario, donde lo recibirá un impresionante nicho-retablo salomónico y estípite, y una sillería señorial tallada en madera.
Volviendo a la explanada, se encuentra a la derecha de la basílica el que fuera el Convento y Capilla de las Madres Capuchinas, erigido a fines del siglo XVII. Detrás de la antigua basílica se localiza el Museo de la Basílica de Guadalupe, que ofrece al visitante una serie de pinturas de grandes artistas del virreinato como Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera, algunos ex votos dedicados a la virgen, medallas alusivas dentro de grandes vitrinas, y una hermosa cruz atrial de arte tequitqui.
Para ofrecer un mayor espacio de veneración a la Virgen de Guadalupe, se levantó en 1976 la nueva Basílica de Guadalupe, diseñada por un grupo de profesionistas encabezado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. De planta circular y techumbre inclinada, que semeja al manto de la virgen, este espacio contiene la imagen de la Guadalupana, que puede apreciarse desde todos ángulos, si desea acercarse más, existe un pasillo mecánico que lo conducirá debajo de la misma.
Para subir al Cerro del Tepeyac deberá tomar una sinuosa y empinada escalinata que lo llevará hasta la Capilla del Cerrito, construida justo en el lugar donde la virgen le dio las rosas a Juan Diego como prueba de su existencia. Presenta una fachada barroca revestida de tezontle rojo con ausencia de torres; y en su interior, exhibe notables murales de Fernando Leal que narran las apariciones de la virgen. Desde la terraza de este templo tendrá la oportunidad de mirar la enorme extensión de la ciudad capital. A un costado se encuentra la entrada al célebre Cementerio del Tepeyac, único panteón virreinal en funcionamiento hasta hoy, donde fueron enterrados personajes como Antonio López de Santa Anna, junto con músicos, pintores, poetas, conservadores y liberales, personajes porfirianos y más.
Bajando por la escalinata oriente llegará al lugar donde se edificó una auténtica joya arquitectónica de la época colonial: la Capilla del Pocito. Destacan en su exterior su forma circular, la enorme cúpula revestida de azulejos blancos y azules, y las extraordinarias ventanas barrocas mixtilíneas con grandes picos a manera de estrellas. Se dice que ocupa el lugar donde se dio la primera aparición de la virgen ante Juan Diego. Fue diseñada por otro notable arquitecto del virreinato, Francisco de Guerrero y Torres, y terminada hacia 1791. Su interior es deslumbrante, distinguiéndose las 16 columnas que sostienen la gran cúpula pintada con numerosos ángeles, así como los frisos, las cornisas y el púlpito. En el vestíbulo se encuentra un pequeño pozo que da nombre a este maravilloso inmueble.
En el costado poniente de esta capilla, el visitante tiene la oportunidad de descansar o pasear en el llamado Jardín de las Rosas, un espacio natural con bellas áreas verdes, rosas, árboles y fuentes cuyos chorros de agua salen de grandes cabezas de serpientes, réplicas de las que muestra la pirámide de Quetzalcóatl en Teotihuacan. Al final del recorrido está laCapilla de Indios, donde se afirma que estuvo la imagen de la Guadalupana por varios años, hasta 1709 cuando fue trasladada a la basílica; su fachada data de 1694 y es muy sencilla.
TIPS DEL VIAJERO
La fiesta de la Virgen de Guadalupe tiene reconocimiento internacional y se celebra el 12 de diciembre de cada año en todo el país. Llegan hasta aquí millones de devotos de todas las clases sociales, de lugares cercanos o de los más apartados rincones del mundo. Grupos de diversos rumbos, ataviados con penachos de plumas, cascabeles y teponaxtles danzan con devoción en esta fecha tan significativa; y los más famosos del país se hacen presentes; los Concheros, los Chinelos y los Quetzales. La Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos de la nacionalidad mexicana, sino ocupa ya los altares de París, Roma, Los Ángeles y San Francisco, entre otras ciudades.
Sobre el último tramo de la Calzada de Guadalupe se ponen puestos que venden diversos artículos con la imagen de la Guadalupana y otros santos, así como crucifijos, rosarios, velas y más.
ANECDOTARIO
Antes de ser fusilado en 1915, José María Morelos y Pavón pidió como última voluntad orar a la Virgen de Guadalupe en la Capilla del Pocito. Además, el Santuario de Guadalupe ha sido visitado por personajes importantes como John F. Kennedy y Charles de Gaulle. El Papa Juan Pablo II estuvo aquí varias veces a lo largo de su pontificado.
DONDE COMER EN LA VILLA DE GUADALUPE El Nopalito
Insurgentes Norte 1037,
Colonia Guadalupe Insurgentes.
Teléfono: 5537 3375.
Tangu Yu
Joyas 23,
Colonia Estrella.
Teléfono: 5557 3280.
INFORMACIÓN TURÍSTICA DE LA VILLA DE GUADALUPE Delegación Gustavo A. Madero
Calle 5 de Febrero esquina Vicente Villada s/n, Colonia Villa Gustavo A. Madero.
Teléfono: 5118 2800. www.gamadero.df.gob.mx
Secretaría de Turismo del Distrito Federal
Teléfono: 01 800 008 9090 www.mexicocity.gob.mx