Historia de la Delegación Iztapalapa, Ciudad de México
La delegación Iztapalapa está ubicada al oriente del Distrito Federal. Limita al norte con Iztacalco, al sur con Tláhuac y Xochimilco, al oeste con Benito Juárez y Coyoacán, y al este con Ciudad Nezahualcóyotl. Iztapalapa significa en el agua de las lajas de “iztapalli” y “atl”. Abarca una superficie de 117.5 kilómetros cuadrados y es de origen lacustre, pues está asentada sobre el antiguo Lago de Texcoco.
Hoy, como sucede en otras zonas de la ciudad, los ríos de autos y de gente recuerdan el antiguo correr de las aguas. El Río Churubusco atravesaba la zona para unirse con el Río de la Piedad. Ambos están ya entubados. La Calzada de La Viga era el Canal Nacional, que conducía las aguas de los canales de Chalco, Tezontle, del Moral y de Garay. A este paraje lacustre se suman el Cerro de la Estrella, el Peñón Viejo y la Sierra de Santa Catarina, donde se hallan los volcanes de San Nicolás, Xaltepec y el de la Caldera.
Iztapalapa pasó de ser un Señorío azteca-mexica a formar parte de los pueblos propiedad de Hernán Cortés, luego de la Corona española. A la erección de templos y edificios religiosos durante la época colonial le sucedieron las haciendas: los templos de San MArcos en Mexicaltzingo, San Juan Evangelista y la Capilla del Calvario en Culhuacán, y el de Santa Martha en el poblado de Acatitla fueron edificados sobre basamentos de adoratorios prehispánicos. Los franciscanos establecieron en el templo de San Lucas, en el centro de Iztapalapa, una vista de doctrina, que se convirtió en parroquia secular en 1570, mientras los agustinos construyeron en un convento donde se instaló el Seminario de Lenguas Indígenas, que enseñaba gramática y filosofía. Desde 1984 el convento funciona como el centro cultural más importante de la zona.
Iztapalapa adquirió su rostro agrícola en el siglo XIX con las haciendas de la Soledad, la Purísima, Buenavista, San Nicolás Tolentino, la del Peñón y la del Arenal. En la demarcación también existían los ranchos de La Viga, el Tesoro, Tres Fuentes, La Asunción y Santa María.
Según la tradición de la ceremonia del Fuego Nuevo, cada 52 años los mexicas reiniciaban el orden de su mundo y renovaban el pacto entre los dioses y el hombre. Para tal fin construyeron un adoratorio en la cima del Cerro de la Estrella. En 1507 se llevó a cabo la ceremonia del Fuego Nuevo o “Toxiuhmolpillia”. Las tres piedras sagradas donde residía el fuego, las vasijas, petates y los objetos domésticos se rompían y eran arrojados a la laguna, incluyendo las imágenes de dioses, mientras que el fuego era apagado en todo México-Tenochtitlán y ciudades vecinas. Las mujeres embarazadas se cubrían el rostro con máscaras de pencas de maguey y eran encerradas y custodiadas por guerreros, pues se temía que si el fuego no encendía, se transformarían en fieras que devorarían a la humanidad. Cuando los pléyades se encontraban en el cenit del Cerro de la Estrella a la medianoche, los sacerdotes frotaban los maderos y abrían con un cuchillo de pedernal el pecho de un cautivo, sobre él se encendía el Fuego Nuevo. Los sacerdotes hacían una gran hoguera para que fuera vista en todas partes, desde ahí el fuego se conducía a los distintos templos. Después se renovaba el mundo cotidiano de las vestimentas, vasijas, casas, ídolos y templos, todo era ya nuevo. En nuestros días las autoridades se han abocado a promover esta tradición.
En 1833 Iztapalapa fue azotada por la epidemia del cólera morbos. Los pobladores realizaron una procesión de jóvenes y niños al Santuario del Señor del Santo Sepulcro la Cuevita, para pedir el cese de la enfermedad. La súplica fue escuchada por la efigie, de manera que los iztapalapenses hicieron la promesa de realizar año con año la procesión, que iniciaron por primera vez en 1843. En esta ceremonia participan 150 actores nativos, quienes dan forma final al gran drama cristiano que inicia el Domingo de Ramos y concluye en el Vía Crucis. Durante ese periodo, tres cruces aguardan en el Cerro de la Estrella al Cristo descalzo y sangrante que sobre el fondo de la Marcha Dragona cae una y otra vez. Luego de este ritual se hace un gran silencio. Todos los participantes permanecen quietos. Finalmente, los tres crucificados son bajados y se inicia la Procesión del Silencio, mientras el cuerpo inerte de Judas cuelga de un árbol.
En Iztapalapa también está el carnaval. Cada año, antes del recogimiento de la cuaresma, cuadrillas de danzantes van por las calles vestidos de charros con máscaras, de chinas poblanas o disfraces diversos llamados chichinas. Los acompaña una orquesta o banda de músicos y se detienen a bailar frente a las casas, donde les darán una cooperación para pagar la música. Se corona a las reinas que desfilan en carros alegóricos y se organizan grandes bailes.
En la época prehispánica la región que ahora está dentro de la delegaciónIztapalapa fue un lugar de estudio. En Santa Ana Tlacuilopan vivían los “tlacuilos”, quienes se encargaban de plasmar la historia en códices, además, elaboran los murales de lo que ahora es el convento de Culhuacán, donde los frailes recién llegados estudiaban lenguas. Ahí se construyó el primer molino de papel en América, porque ya antes en Amatlán se elaboraba el conocido papel mate.
En junio del 2000 se inauguró el Faro de Oriente. Su nave de concreto es obra de Alberto Kalach, ahí se desarrolla un proyecto integral que vincula a los habitantes por medio de una visión humanista del mundo. En el Faro se ofrecen talleres de literatura, música, artes visuales, danza, teatro, diseño de modas, carpintería, cartonería, herrería y vitrales para la población de 16 años en adelante. Los niños de seis a 12 años pueden recibir cursos de iniciación artística, la estimulación temprana se imparte a los pequeños de uno a cinco, y el público en general puede aprender lenguaje de señas, jardinería, hidroponía y técnicas curativas. Cuenta con una biblioteca de 16 mil volúmenes, material de videoteca y audiocasets con servicio de préstamo. La plaza comunitaria está equipada con computadoras para apoyar las actividades escolares de los usuarios, la Ludoteca y la Librería Pórtico del Faro, que ofrece materiales diversos a precios económicos también forman parte de este espléndido proyecto. El Faro realiza cerca de 150 representaciones artísticas, teatrales, musicales y dancísticas, así como exposiciones de artes visuales o sesiones de cine al año, tiene tres foros y la enorme plaza pública, cuya explanada ha recibido hasta 10 mil personas en conciertos de música popular. El Faro fue distinguido en 2002 con el Coming Up Taller Award, que otorga el Comitpe Directivo en Artes y Humanidades, el Instituto de Servicios en Museos y Bibliotecas, el Fondo Nacional para las Humanidades y el Fondo Nacional para las Artes, además de otras agencias y organismos de Estados Unidos. La Red Intel de Computer Clubhouse, auspiciada por el Museo de Ciencias de Boston, el Instituto Tecnológico de Massachussets e Intel, consideró el Faro como candidato para la instalación de un club house, que fue inaugurado el 8 de septiembre de 2004. Así, el Faro se ha convertido en un lugar de vanguardia tecnológica.
En 2007 el pueblo de Iztapalapa recibió el hallazgo de su Templo Mayor.