Historia de la Delegación Venustiano Carranza, Ciudad de México
En diciembre de 1970 se hicieron varias reformas a la Ley Orgánica de 1941 para crear cuatro nuevas demarcaciones que, sumadas a las 12 ya existentes, conformaron las 16 delegaciones políticas en que se divide actualmente la capital del país.
Las autoridades citadinas determinaron poner a estas nuevas los nombres de personajes históricos: Cuauhtémoc, en homenaje al último emperador azteca y figura emblemática de la época prehispánica; Miguel Hidalgo, en reconocimiento al “Padre de la Patria”, Benito Juárez, el ilustre estadista de las Leyes de la Reforma y Venustiano Carranza, por distinguir al llamado Varón de Cuatro Ciénegas, y personaje indiscutible de la Revolución Mexicana.
De esta manera quedó conformada esta delegación que alberga a 70 colonias desplegadas en 3 mil 220 manzanas a lo largo de una superficie de 34 kilómetros cuadrados. En esta delegación coexisten zonas cargadas de historia y leyendas de las diversas fases en que se forjó nuestra patria, como el antiguo Peñón de los Baños, con empresas distintivas del pujante desarrollo de la Ciudad de México, entre los cuales destacan su Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el Deportivo Venustiano Carranza, el antiguo mercado de La Merced o el Palacio de Lecumberri, habilitado ahora como Archivo General de la NAción, donde reposan los acervos que contienen la inmensa memoria de nuestro país.
En 1884 se descubrieron los restos de unas osamentas que, pertenecieron al llamado “Hombre del Peñón”, pero en realidad correspondían a los de una mujer. Asimismo, en la colonia Aviación Civil, durante las obras de construcción del Metro, se rescataron, los restos óseos de un mamut.
El Peñón de los Baños ha sido mudo testigo de innumerables leyendas en las calles y colonias, pero también del entorno aéreo, surcado éste por los aviones que arriban y despegan del aeropuerto. Este ritmo tecnológico es vertiginoso y no ha estado exento de tragedias. Todavía se recuerdan las colisiones de avionetas contra la imponente roca del cerro ocurridas en la década de los cincuenta, o la tragedia del “Niño quemado”.
En este cero fue donde Miguel Zacarías filmó, a comienzos de la década de los cuarenta, El peñón de las ánimas, una película protagonizada por María Félix y Jorge Negrete. Este peñón es aún referente de las leyendas populares de origen prehispánico que cíclicamente reviven las aventuras del “cacomixtle”, el “tzincóatl”, la sirena o el “nahual”, con las que se asusta a los niños o hacen rememorar los tiempos idos a los ancianos del lugar.
Uno de los atractivos principales de esta delegación son sus 42 mercados públicos, donde en medio del trajín urbano conviven a diario miles de vendedores y visitantes. Quizá el más famoso sea el de La Merced, fundado el 31 de diciembre de 1880 y que abasteciera a toda la ciudad hasta finales del siglo XX, cuando se construyó la Central de Abastos. O el de Jamaica dedicado a las flores y abierto las 24 horas del día de todo el año, y el de Sonora, donde se venden animales y plantas curativas, además de aplicarse magia para dolencias de cualquier tipo.
La fisonomía de esta zona de la ciudad se ha transformado radicalmente. No deja de asombrar la imagen del entorno que nuestros antepasados captaron a lo largo de los siglos. Así, según los relatos de las inundaciones de 1555, producidas por la falta de drenaje, la metrópoli padeció por la crecida del agua de sus lagos y canales, utilizados en esa época para transportar los navíos llenos de mercancías que satisfacían la demanda de los habitantes. Esta tradición data de la época prehispánica, pues era parte de las prácticas comerciales en las grandes plazas del Valle de Anáhuac y continuó siéndolo en tiempos de la Colonia.
La edificación de Las Ataranzas fue construida como refugio y arsenal bajo el yugo español. La construcción de este inmueble se inició en 1522 en el barrio de San Lázaro y al principio tuvo varios usos, hasta que en 1572 se convirtió en hospital para leprosos.
Otros sitios históricos de interés en esta delegación son sus iglesias y capillas, la mayor parte erigidas durante la Colonia. Entre éstas destacan la iglesia de San Antonio de Tomatlán, el templo de San Lázaro y la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, esta última en los baños del Peñón. También la iglesia de Santa Cruz, la de la Soledad, la parroquia de Santo Tomás de Palma y las capillas de la Resurrección de Tultenco, la de la Candelaria de los Patos, la de San Jerónimo Atlixco, la de la Concepción Huitznahuatonco o la del pueblo de la Magdalena Mixhuca.
De las obras civiles edificadas antes de la Independencia, se conserva únicamente la Garita del Peaje de San Lázaro, sitio que vio llegar a José Zorrila, autor de Don Juan Tenorio, en 1855, para ser recibido por la corte de Maximiliano. Cuando se construyeron las líneas del Metro sobre el Eje Sur Morelos y Calzada de la Viga, se encontraron restos de la Garita de la Viga. En ambos sitios se cobraron durante décadas los impuestos de las mercancias que se vendían en la zona.
Durante el porfiriato se construyeron el Rastro General, el Gran Canal del Desagüe, la Escuela Nacional de Tiro y el Polígono de San Lázaro. De manera complementaria se iniciaron las obras urbanas para agilizar las comunicaciones. Las más connotadas fueron la estación del tren interoceánico en San Lázaro, así como los ferrocarriles de San Rafael de Atlixco y Río Frío, que se utilizaron para acelerar el tránsito de las mercancías. Tal era la avidez por la velocidad y por ampliar el comercio, que buques de vapor comenzaron a navegar por el Canal de la Viga.
En el siglo XX se fundaron nuevos núcleos urbanos populares, entre ellos las colonias Ignacio Hernández, La Bolsa, El Rastro, Peralvillo, Penitenciaría y Valle-Gómez. Todos ellos cobrarían notoriedad en el cine, la gastronomía, así como los cómics y en la literatura.
La Penitenciaría del Distrito Federal (Lecumberri), fue inaugurada en 1900, se le llamó Palacio Negro y fue testigo de innumerables historias durante buena parte del siglo XX. A las afueras de este edificio, proyectado por Antonio Torres Torija, dirigido por Miguel Quintana y concluido por Antonio Anza, fueron asesinados Francisco I. Madero y su vicepresidente José María Pino Suárez. En este sitio también purgaron condena famosos ladrones y personajes de la cultura y política recluidos por sus actividades sociales y de oposición al régimen político. En sus crujías se escribieron historias como las de Goyo Cárdenas y el multiasesino conocido como El Sapo.
En Lecumberri también estuvo preso el muralista David Alfaro Siqueiros, así como varios de los dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, entre ellos el escritor José Revueltas, quien plasmó la impronta de su paso por esta prisión en su novela El apanado. En las celdas del Palacio Negro también vivieron sus aventuras los actores Pedro Infante, Rodolfo Acosta y David Silva.
Durante los primeros años del siglo XX, los llanos de Balbuena, pertenecientes a la familia Braniff, fueron el escenario del inicio de la aviación en México. El 8 de enero de 1910 un biplano marca Farman se elevó 25 metros surcando el cielo de aquel paraje que recibió el nombre del autor del gran poema sobre la ciudad Grandeza mexicana: Bernardo de Balbuena. De las viejas pistas se elevó el monoplano Duperdussin que llevaba como pasajero a Francisco I. Madero antes de que éste asumiera la presidencia. Otro mandatario, Plutarco Elías Calles, se tomó la foto en los llanos de Balbuena con sus lentes y su gorra de piloto, y el popular actor cómico Cantinflas se paseó por los llanos de San Lázaro en A volar, joven.
En la delegación Venustiano Carranza se ubica también la Terminal de Autobuses de Pasajeros por Occidente, la famosa TAPO, una de las cuatro de la ciudad, con flujo incesante de usuarios de una amplia red de transporte público que intercomunica con otras partes de la ciudad: Metro, microbuses, autobuses, taxis, todos ellos inundan la compleja estructura vial, que se vio aliviada cuando entró en operación el distribuidor vial Heberto Castillo.
Los habitantes de esta zona tienen varias opciones para acentar su acervo cultural, ya que disponen de sitios como la Casa de Cultura Enrique Ramírez y Ramírez, y la Venustiano Carranza, además del Centro Social y Cultural Heberto Castillo. También cuentan con posibilidades para realizar sus paseos al aire libre, como el Parque de las Palomas, el Ícaro, o el Jardín de los Periodistas, que exhibe los bustos de algunos notables personajes del gremio en el siglo XX: Martín Luis Guzmán, José Pagés Llergo y Francisco Martínez de la Vega, entre otros.
El 25% de la delegación es parte del llamado Centro Histórico de la Ciudad de México. En el Palacio Legislativo de San Lázaro, que vivió su primer informe presidencial en 1981, tiene su sede el Congreso de la Unión. El edificio fue construido por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, Jorge Campuzano y David Sánchez, y contiene obra mural de José Chávez Morado y Adolfo Mexiac. El nombre de la delegación reconoce los esfuerzos del impulsor de la Constirución de 1917, la Carta Magna que actualmente rige nuestro país.
Esta delegación es una inmensa y compleja urbe dentro de la gran Ciudad de México, tal vez la más poblada del mundo.