Una metrópoli sin vida nocturna es como un ser sin alma, y la Ciudad de México brilla en el mundo por su calidez y alegría de noche… restaurantes, bares, antros, cantinas, cervecerías, salones de baile, lo mismo de rumba, que de salsa y hasta del clásico danzón, sin dejar a un lado el cha cha chá; también el rock and roll, las polkas o rancheras, hasta llegar a las quebraditas, lo mismo da, y qué decir del teatro. Un amplio abanico de posibilidades de diversión para jóvenes y no tan jóvenes, para todos los bolsillos y preferencias.
De norte a sur, en el mismísimo centro de la gran urbe, en zonas rosas, rojas, amarillas otras, quizás, lo cierto es que, sin duda, encontrará la “ruta de la perdición” o el “camino a la gloria” para el disfrute máximo, no importa si viene del extranjero, del interior de la República o si vive aquí mismo en el D.F.
La “ruta de la perdición” la puede empezar por hacerle honor al mexicanísimo dicho que reza: “quien no conoce el Salón Los Ángeles, no conoce México”. Ciertamente, visitarlo es una oportunidad, tanto para el turismo nacional como extranjero, para conocer los entretelones de la vida nocturna y popular de esta gran ciudad, con toda su historia, el candente y cachondísimo ritmo danzón, una rumba, una guaracha, en fin, una melodía agradable o nostálgica, sin importar el género. Sin duda, es el disfrute máximo y sin prejuicios de una parte de la idiosincrasia mexicana en el popular barrio de la colonia Guerrero. Por el mismo rumbo, está la “Catedral del Espectáculo”, nada menos que el Teatro Blanquita, un sitio que no debe dejar de visitar; se trata, creemos nostros, del último bastión del teatro de variedades populares en la Ciudad de México, pero claro, los tiempos cambian y actualmente es utilizado para actuaciones masivas con figuras de la música tropical, el rock y otros géneros, y eventualmente, sobresalen los programas con los cómicos del momento, entre otras ramas del entretenimiento.
Y para seguir “perdiéndonos”, claro, con sus debidas precauciones… y si la intención es el glamour y conocer otro estilo de convivencia, podemos desplazarnos hasta Polanco, la zona dorada de la capital mexicana, donde encontrará el Salón 21, un establecimiento que abre las puertas para el goce del cuerpo al ritmo principalmente de la salsa, merengue, bachata y otras cadencias afrocaribeñas que esperan a todo el visitante que se precie de ser buen bailarín o simplemente busca divertirse hasta altas horas de la madrugada, porque eso sí, cierra muy tardecito. El sitio es seguro y de mucho ambiente.
Ya que estamos tan guapachosos, basta ir por la colonia Roma, y en las calles de Querétaro descubrirá el Gran León, donde siempre, por no decir, casi, Pepe Arévalo y su grupo Los Mulatos, amén de los músicos invitados ocasionalmente, lo llevarán al Caribe. Una buena bebida lo alentará a divertirse por más de un par de horas bailando como trompo chillador en la pista. Bueno, y qué decir del California Dancing Club, en la colonia Portales, el tradicionalmente “Palacio del Baile”. Para aquellos que disfrutan de la música popular, de las canciones e intérpretes “viejitos”, alternadas ocasionalmente, con las figuras del momento, lo animarán a sacar la polilla o a ligar simplemente. Un ambiente familiar, muy tradicional, en donde también las competencias de baile permiten el goce para el asiduo al lugar, y la sorpresa para quienes lo visitan por vez primera. Si sólo quiere ver y escuchar, una opción es La Planta de Luz, por el rumbo de San Ángel, al sur de la ciudad, lugar en el que encontrará espectáculos musicales, variados y la presencia de diversas figuras de la farándula nocturna, que con sus espectáculos, algunos con tintes humorísticos, de sátira política o simplemente dedicados al amor, permitirán al visitante ocasional al país una manera de pasar el tiempo sin complicaciones mayores, que reservar un sitio.
Sin embargo, no podemos dejar tampoco sitios de “rompe y rasga” como el famoso Salón Tropicana, enclavado en la mismísima Plaza de Garibaldi, espacio en el que de lunes a domingo usted podrá ejercitarse con la música afroantillana en vivo; ahora que si lo que desea es visitar otro de los sitios típicos de la zona, pues le recomendamos el famoso Tenampa, donde José Alfredo Jiménez y otros afamados han dejado más que su huella. Aquí podrá disfrutar de unos buenos tequilas, el famoso ponche de granada y algunos antojitos mexicanos; es este el sitio que le recomendarán muchas personas, aquí, donde el mismísimo Joaquín Sabina, nuestra queridísima Chavela Vargas y otras figuras han pasado gratos e inolvidables momentos… Aunque tampoco puede perder la oportunidad de escuchar las notas del tradicional mariachi, de dedicarle una serenata a su pareja o ¿por qué no?, acordarse de un viejo amor con alguna melodía mexicana de la inspiración de José Alfredo, Agustín Lara, y hasta Juan Gabriel.
Sin apartarse del rumbo, por la colonia Guerrero, lo espera una voz lírica, no muy exquisita, pero sí muy “pegadora”, en un lugar llamado La Casa de Paquita la del Barrio, cuya anfitriona lo consolará si es que anda herido. Esta intérprete popular permitirá escuchar un amplio repertorio de temas “de duro y contra ellos”. Claro, que si le gusta la música pesada o suavecita, como el pop, pues entonces dirijase al tradicional Hard Rock, enclavado también en Polanco, donde si le toca la oportunidad, disfrutará de la figura del momento, o simplemente una buena banda. En el mismo tono destaca El Bataclán, teatro-bar, que permanece en la colonia Condesa, que lo mismo le puede brindar la oportunidad de escuchar buena música o estallar a carcajadas con alguna sátira que aborde los temas de lo que ocurre en México o en el mundo. Si llegara a caer en La Casa de los Comediantes, en cualquiera de sus direcciones, no le darán oportunidad de reponerse de los ataques de risa provocados por los chistes de los actores programados esa noche. Le diremos que también en esta urbe de casi 25 millones de habitantes, hay otros espacios en donde, por ejemplo, primeramente disfruta de una buena comida y al final termina sacando chispas en la pista al ritmo de los grupos del momento, le hablamos de La Covacha, sitio de tradición cubana, donde la cerveza y platillos, además de la buena música, lo atraparán y no lo dejarán salir. Ahora que si la cosa es calmada, como dijera un famoso cómico mexicano, entonces dirijase a la calle de Félix Cuevas, en la colonia Del Valle, donde encontrará el Mesón de la Guitarra, dedicado a la música latinoamericana, trova y comediantes.
También para aquellos que están hospedados por el norte, destaca El Sapo Cancionero, donde cantores amateurs, casi siempre, interpretan el éxito del momento, o lo complacen con alguna petición que usted les haga; un sitio donde se le pasará tranquilo y muy bien.
En fin, la Ciudad de México, tiene diversión para todos los gustos y al alcance de todos los bolsillos. No se arrepentirá.