Construcción franciscana del siglo XVI presidida por un extenso atrio con una cruz de piedra.
Su iglesia luce una portada plateresca con relieves de rosas estilizadas, querubines, motivos de platos con pescado, perones y pomas en relieve.
Su retablo principal está adornado con motivos barrocos y pinturas al fresco.
En el bautisterio se aloja una pila de agua bendita en piedra labrada con formas vegetales y el claustro presenta restos de pintura mural.