Ubicada a escasos dos kilómetros de Asientos rumbo a Tepezalá esta hacienda nació como una ermita primitiva, seguida de una capilla y luego de un convento o casa de ejercicios con iglesia y santuario.
Para 1694 ya se había fundado el Real de Asientos de Ibarra. El nombre de esta hacienda proviene del árbol llamado “tepozán” que crece en esa región minera.
La iglesia – convento del Señor del Tepozán es una construcción grandiosa, joya de la arquitectura colonial, en la que el pasado económico y religioso de la zona se hace presente.
Conserva inmaculada su arcada ojival, hermosamente labrada en cantera amarilla, un museo en donde se presentan bellos artículos religiosos la bella historia de El Tepozán.