Al norte y oriente de la ciudad se pueden observar las capillas, haciendas de beneficio, tiros y socavones de las centenarias minas locales, que conforman impresionantes complejos arquitectónicos.
De estos complejos destaca La Valenciana con su iglesia churrigueresca del siglo XVIII. Le sigue el Mineral de Cata donde se levanta el templo del Señor de Villaseca, un Cristo de piel morena que tiene muchos devotos entre los mineros. Mellado con una gran iglesia del siglo XVII y también el Mineral de Rayas, uno de cuyos antiguos tiros superó los 400 metros de profundidad.
En las afueras se encuentra San Gabriel de Barrera, una hacienda de beneficio de plata y oro del siglo XVII que ahora está acondicionada como museo.