Ubicado en el municipio de Abasolo, en San José de Peralta, se halla este sitio que fue habitado cuando Teotihucan se apagaba y Tula comenzaba a construir su hegemonía. Y la gente se asentó aquí, entre los años 300 y 700 d.C., atraída por los fértiles suelos, la abundancia de obsidiana y riolita, y la proximidad del río Lerma. Siglos después, en 1981, comenzarían las excavaciones a cargo del arqueólogo Efraín Cárdenas, quien desarrolló la teoría de la Tradición del Bajío tras haber estudiado los núcleos de civilización prehispánica en Guanajuato. Según esta teoría, los grandes asentamientos del estado compartieron estructuras políticas y sociales parecidas, utilizaron el patio hundido como un elemento ordenador del espacio arquitectónico, y jugaron un papel geográfico relevante en el universo anterior a la Conquista.
Y ahí están, para dar cuenta de ello, las añosas construcciones de Peralta (martes a domingo de 10 a 18 horas; admisión adultos $30 pesos y niños $10 pesos), como el Divisadero o Deble Templo y Patio Hundido. Un gran rectángulo central enmarcado por dos pirámides de cantera rosa que alguna vez sostuvieron templos de adobe. Al centro del patio se encontraron los restos de un altar, algo poco común en el Bajío, y el hallazgo se interpretó a partir de la influencia de otras culturas.
También aquí se encuentra la Mesita o el Recinto de los Gobernantes, el conjunto más grande. Está compuesto por dos patios hundidos, espacios abiertos y una plataforma circular con un hoyo de poste donde pudo haberse llevado a cabo el ritual de los voladores. El complejo, además de servir para los actos públicos, era la residencia de la clase gobernante. Así lo hicieron notar los entierros humanos encontrados con ricas ofrendas. En la entrada al recinto hay una piedra que al golpearla retumba como si fuera una campana, y es fácil viajar en el tiempo a través del sonido, imaginar esa misma piedra sonando mientras los sacerdotes comenzaban sus ceremonias.
CÓMO LLEGAR
Desde Irapuato, luego de 15.5 km por la carretera federal 90 con dirección a La Piedad, se encuentra a la izquierda la desviación a Pueblo Nuevo. En la bifurcación hay que seguir hacia Huanímaro, y a menos de un kilómetro se encuentra la señal que indica a la derecha la zona arqueológica.