En este poblado podrás ver su Plaza de Armas, la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y sus varias casonas de hace uno o dos siglos.
El Museo Bernabé de Las Casas está situado tres cuadras y media al oriente de la Plaza de Armas. Llama la atención que un pueblo tan pequeño como Mina tenga un espacio museístico tan impresionante. Fue inaugurado en 1988 y lleva el nombre del fundador del pueblo. Cuenta con media docena de salas que están dedicadas a la historia de la región, sus primeros pobladores, la colonización española, su desarrollo y su vida en la actualidad.
La sala de paleontología es muy relevante, famoso por sus fósiles, aquí se exhibe el gran cráneo de mamut emperador con todo y colmillos encontrados en las cercanías de Mina. Existe otra sala de mineralogía y otra dedicada a José Fidencio Síntora Constantino, mejor conocido como El Niño Fidencio, el famoso taumaturgo que vivió y realizó curaciones milagrosas en Espinazo. En su patio central posee un jardín botánico.
A 9 kilómetros al sureste se encuentra el poblado de Hidalgo, que es la puerta de entrada al Cañón de Potrero Chico, uno de los mejores destinos de todo el país para realizar la escalada en roca. Nueve kilómetros más se encuentra un ramal que lleva primero a Abasolo donde se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe con su lienzo realizado por José de Alcíbar en 1760. Cuatro kilómetros más adelante está El Carmen con su templo dedicado también a la Virgen de Guadalupe.
A 2 kilómetros de Mina sobre la carretera a Monclova empieza el ramal que conduce a Icamole. Siguiendo este camino, a 12 kilómetros está la Hacienda del Muerto. Su nombre no se debe a las muchas historias contadas del lugar ni a que está abandonada, sino que muy cerca se encuentra el Paso del Muerto, una formación rocosa de altas paredes que a la distancia parece el perfil de un hombre tendido en el suelo. Esta hacienda fue próspera en el siglo XIX, en la actualidad se encuentra en ruinas, excepto por su capilla que ha sido parcialmente restaurada.
Por la carretera 53 con rumbo a Monclova, se encuentra la entrada a la zona arqueológica Boca de Potrerillos. Es la más importante de Nuevo León y una de las regiones de petroglifos más notables de México. Sobre un área de 6 kilómetros cuadrados se han encontrado rastros de antiguas culturas de cazadores-recolectores como hornos, fogones, puntas de flecha, raspadores, piedras de molienda, cuentas de collares y varios artículos más. Debido a estos hallazgos se sabe que aquí hubo presencia ininterrumpida de este tipo de grupos desde elaño 7000 a.C. hasta 1760. Este lugar es famoso por el número de sus petroglifos, se dice que más de 4,000 rocas grabadas con unas 12,000 figuras. La mayoría de estos grabados son abstractos y quizá la quinta parte corresponde a trazos figurativos que parecen representar hombres, animales, plantas, astros o escenas de cacería.