Al poiniente de La Macroplaza se encuentra El Obispado, uno de los edificios virreinales más bonitos del noreste de México. Construido entre 1787 y 1788 por el obispo de Monterrey Rafael José Verger, quien vivió aquí hasta 1790, fecha en la que murió.
Desde entonces tuvo varios usos, aunque fue principalmente cuartel militar, entre 1944 y 1953 fue sometido a una prolija restauración y en 1956 abrió sus puertas como Museo Regional de Nuevo León a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Este edificio es una construcción amplia con patio central. Su parte más fotogénica es el oratorio, situada al centro del ala principal. esta capilla aún conserva su hermosa portada churrigueresca donde sobrevive incompleta una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Atrás la cúpula fue terminada hasta 1850.
El museo consta de diez salas, incluido el oratorio, en donde se exhiben cerca de 3 mil objetos sobre la historia de Nuevo León desde los primeros pobladores hasta el siglo XX.
El Obispado se encuentra en las laderas de un cerro ancho al que le dio su nombre. Entre 2004 y 2005 se realizaron trabajos en la cima del cerro para levantar una asta bandera y acondicionar el actual Mirador. Las dimensiones del asta son 100.6 metros de altura y un peso de 120 toneladas, y están pensadas para sostener en lo alto una bandera de 50 por 28.6 metros, con un peso de 230 kilogramos, lo cual la hacen la mayor bandera de todo México.
La explanada de 40 metros de diámetro del mirador es un espacio privilegiado para tener maravillosas panorámicas de la ciudad y de sus cerros circundantes. Se debe tomar en cuenta que visitar el Museo del Obispado y luego subir al mirador es una subida de más de 500 metros.