En el estado de Puebla florecieron importantes culturas prehispánicas, como lo demuestran los numerosos vestigios arqueológicos que se pueden admirar a lo largo de su territorio.
La privilegiada ubicación geográfica de Puebla propició que estas culturas sostuvieran un constante intercambio social y económico con los grupos del Altiplano Central, del valle de Morelos, de Oaxaca y de la Costa del Golfo.
Hacia el Posclásico llegan al estado de Puebla diversos grupos étnicos procedentes del centro de México; entre los sitios arqueológicos que corresponden a ésta época destaca Tepexi el Viejo, situado en las cercanías de Tepeaca; los habitantes y constructores de esta ciudad-fortaleza fueron los popolocas, grandes maestros del arte cerámico.
Tepeaca es otro de los sitios sobresalientes de esta época y cuyos habitantes se integraron al señorío coatlalpaneca que fue conquistado por los mexicas a mediados del siglo XV.
Los anteriores son sólo algunos ejemplos de la gran riqueza cultural que se desarrolló en Puebla desde los tiempos más remotos, y cuyos restos arqueológicos son hoy uno de los principales atractivos del estado.