Símbolo de la capital queretana, esta monumental obra hidráulica se debe al que fuera benefactor de la ciudad, don Juan Antonio de Urrutia y Arana, marqués de la Villa del Villar del Águila, que lo mandó construir entre 1726 y 1735 para satisfacer una petición de las monjas capuchinas y de paso llevar agua hasta la ciudad.
La magna obra es una de las más grandes del país: consta de 74 arcos que alcanzan una altura promedio de 23 m y una longitud de 1 280 m.
Visita: Todos los días de 9:00 a 20:00 horas.
Ubicación: Calzada de los Arcos en la ciudad de Querétaro.