Para llegar a esta tranquila ciudad se puede venir de Río Verde, de Guadalcázar o desde la capital del Estado. Esta última ruta es escénica y con curvas. Ella es en sí una zona de transición entre el Altiplano y la Zona Media; los cerros comienzan a mostrar una masa arbustiva más densa.
La plaza es muy frondosa y apacible, gracias a la gran cantidad de árboles altos. El kiosco de herrería es muy hermoso, asimismo destaca el Monumento a la Madre, de cantera rojiza.
En Cerritos se elaboran sillas de mezquite, camas, mecedoras, comedores, puertas y marcos. Tiene todos los servicios, excepto señalamientos adecuados. Debido a la configuración de las calles, esto hace que el visitante se “pierda”.
La estación de trenaún conserva algunas construcciones importantes, como las antiguas bodegas de la Minera de Azufre de Guaxcamá, además de las oficinas de la estación misma. Dos puntos de notable interés a visitar son el casco de la exhacienda La Labor de San Diego al suroeste, a 15 kilómetros, enclavada entre la sierra dentro de la comunidad del mismo nombre. Los parajes son hermosos y las vistas extraordinarias. Los ciclistas de montaña encontrarán todo un paraíso por recorrer.