Este pequeño poblado, que se localiza a 20 kilómetros al sur de Venado, no parece tener otro atractivo que su plaza sombreada por narcisos y nogales, o su templo con ecléctica fachada, dedicado a la Guadalupana, o su pequeño templo de Santa Anita en el barrio del mismo nombre. Sin embargo, para los que buscan artesanías, allí encontrarán manteles y tejidos de malla. O bien, para quienes gustan de convivir con los lugareños en un ambiente netamente pueblerino, además de escuchar historias, ahí tendrán muchísimo material para echar a volar su imaginación; todo esto mientras se disfruta de un buen vaso de cabuche o de colonche, bebidas alcohólicas de la región.