Catemaco significa “lugar de casas quemadas”, derivado de la descripción de los efectos de la erupción del volcán San Martín en el siglo XVIII y sus efectos posteriores. Este lugar es el más conocido de Los Tuxtlas por su maravillosa laguna, sus espléndidos parajes naturales, su enorme biodiversidad y sus brujos.
En el jardín central se encuentra la Basílica de la Virgen del Carmen, aparecida en la escena urbana en 1961. A la Virgen del Carmen se le atribuyen infinidad de milagros y es venerada durante la fiesta patronal en julio. Para los que buscan experiencias esotéricas, en la localidad habitan brujos que realizan limpias de acuerdo con los antiguos rituales de sanación, con hierbas, plantas medicinales y conjuros que se han conservado a través de generaciones.
En el malecón de Catemaco se puede observar a los lugareños que pescan mojarras, anguilas y charales, también se puede dar un paseo en sus lanchas y probar los típicos tegogolos (caracoles de laguna guisados en pico de gallo). Los restaurantes ofrecen gran variedad de platillos como la carne de chango ahumada con leña de guayabo o naranjo (que en realidad es cerdo), la anguila tipo salpicón, las pellizcadas comomocho con asientos de chicharrón o las pellizcadas de frijoles y carne.
En dirección a la Isla Agaltepec se encuentra la Laguna de Catemaco. La laguna ofrece varias islas y rincones de ensueño. Es recomendable nadar en la playa Espagoya, donde los niños pueden nadar, también el Puente Canseco al sur de la laguna resulta interesante. Lo que en realidad llama la atención son las numerosas islas que están en el lago, las más atractivas reúnen una importante fauna que puede observarse prácticamente sin descender de la embarcación, por ejemplo, la Isla de las Garzas con sus abundantes y variadas aves como garzas ganadera, dedos dorados, cormorán, gavilán pescador, martín pescador, gallinetas y zanates que cohabitan entre árboles de amate, lirios acuáticos, flores de loto, nenúfares y lechugas de agua.
Si desea contemplar monos existen tres islas, en la Isla de Agaltepec están los aulladores, en otra se hallan los monos araña, que les gusta bajar a las rocas y acercarse al agua y, en algunos casos, a las embarcaciones. En una tercera isla se encuentran los macacos que son originarios del sureste de Asia.
Tomando el recorrido en lancha por la Laguna de Catemaco se puede llegar a la Reserva Ecológica de Nanciyaga. Aquí se compaginan una exótica diversidad de fauna y flora, lleno de monos aulladores y aves. Nanciyaga favorece el ecoturismo sustentable resguardando el entorno, por lo que ofrece alternativas distintas al viajero, como los paseos por los senderos y puentes colgantes de la reserva guiados por expertos que enriquecen el recorrido con explicaciones puntuales sobre la fauna y flora.
En Catemaco se fomentan las tradiciones prehispánicas con el baño de temazcal o el planetario prehispánico y con la exposición de piezas olmecas que van apareciendo de manera intermitente durante el paseo entre la frondosa vegetación. Llaman la atención la cabaña del chamán curandero donde se pueden realizar una limpia tradicional, el teatro al aire libre, las cabañuelas para los tratamientos faciales con barro mineral y los masajes con esencias naturales así como el área de baños minerales.
Se pueden realizar paseos por la selva y el lago en canoas y kayaks que permiten observar con detenimiento aves, mamíferos y reptiles de la zona. La reserva cuenta con un restaurante que ofrece gran variedad de platillos típicos de la región con productos que son cultivados por ellos mismos. La Reserva de Nanciyaga posee 11 cabañas ubicadas a la orilla del lago donde se puede pasar la noche.