Edificación de grandes proporciones, fue construido sobre un basamento prehispánico por la orden dominica en 1528 y se cree que el arquitecto que colaboró fue fray Lorenzo de la Asunción.
Durante el siglo XVI funcionó como centro de evangelización, para después ser utilizado como lugar de recogimiento.
En el siglo XVIII se erigió como parroquia y lugar de retiro de la orden.
Antiguamente, existían algunas capillas posas y otras dos adicionales: la de San Francisco y la del Rosario.
Su templo principal data del siglo XVIII; la fachada barroca contrasta por su simplicidad con lo suntuoso de los interiores.
En su altar se exhibe un retablo plateresco, mientras que a un costado luce otro de estilo salomónico dedicado a Santa Rosa de Lima, con obras de Cristóbal de Villalpando.
En el templo también se conserva un púlpito tallado en madera y otros retablos con pinturas de Juan Correa.
El ex convento está formado por el claustro de dos pisos en cuyas paredes existen pinturas sobre diferentes pasajes de la vida de Santo Domingo.