El culto a la Virgen de Guadalupe es, sin duda, el más arraigado entre los católicos mexicanos y desde luego es un tema al que han recurrido las artes desde 1531, año de las apariciones. El Museo de la Basílicade Guadalupe, ubicado en los anexos de la antigua iglesia, tiene como tema central la iconografía guadalupana, por lo que sus motivos están presentes en las dalmáticas, muebles, misales, custodias, óleos, esculturas y demás objetos. El pasillo por el que se accede a las salas sirve para mostrar parte de la espléndida colección de retablos populares o retablos propiciatorios, conocidos también como ex votos. Estas pequeñas obras pictóricas sobre madera, lámina o tela, la mayoría no más grandes que media página de un periódico, se arraigaron en la costumbre popular para agradecer a la Virgen los favores recibidos. Entre los preciosos tesoros guadalupanos que se guardan en este sitio destaca especialmente la imagen al óleo que presidió la solemne ceremonia en la Basílica de San Pedro, en Roma, el 12 de diciembre de 1933, cuando se declaró a la Virgen de Guadalupe como Patrona de las Américas y Filipinas, ubicado en la antigua sacristía. Es de destacar un excelente óleo anónimo de grandes proporciones con tema histórico, uno de los más importantes del periodo virreinal ( siglo XVIII), que representa el traslado en 1533 de la imagen de la Virgen impresa en el ayate de Juan Diego a la primera ermita, llamada de Zumárraga, y el primer milagro: cuando un indígena que había muerto por una flecha disparada por los canoeros que hacían simulacros guerreros resucitó en su presencia. La antigua sala capitular alberga la colección de gráfica mexicana y extranjera, que abarca desde el siglo XVII hasta el XX. El grabado más antiguo es una impresión de una obra de Samuel Stradanus, que es el primer grabado guadalupano que se conoce (c. 1615-1620). La pintoresca es de verdad memorable e incluye obras de los más importantes pintores del virreinato: José de Alcíbar, Miguel Cabrera, Juan Correa, Nicolás Rodríguez Juárez, Cristóbal de Villalpando, Baltasar de Echeve Ibía y Juan Cordero, entre otros, que lo mismo retrataban temas píos que clérigos.
Cuenta con una colección, lamentablemente incompleta, de quienes han sido los abades de la Basílica. Se exhiben, además, retablos, cajoneras, cómodas, esculturas estofadas, crucifijos y una extraordinaria mesa taraceada.
Ubicación: Plaza de las Américas 1, La Villa.
Teléfono: 5577 6022.
Horarios: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Se paga admisión.