Muestra en su estilo una fuerte transición de lo barroco a lo neoclásico.
En su interior posee esculturas y muebles valiosos, así como pinturas de Cabrera, Martínez y Torres.
Levantado en la segunda mitad del siglo XVII, es uno de los más antiguos de la ciudad y actualmente alberga al Museo Regional Potosino, el cual muestra la historia de la región, además de dos salas que están dedicadas a la arqueología.
También es de admirar la capilla de Aranzazú, de portada churrigueresca, cantera labrada y puertas de fina talla.