Humilde población cuyo templo del ex convento franciscano del siglo XVI posee una fachada barroca hecha en argamasa, la cual ostenta esculturas de carácter popular.
En el interior de su iglesia se deja ver un retablo dorado de estilo neoclásico, así como un púlpito esculpido en piedras.
Su claustro es de minúsculas proporciones y ofrece un ambiente acogedor.
Se dice que en él escribió fray Jerónimo de Mendieta la crónica Historia Eclesiástica Indiana en el siglo XVI.
El ex convento fue edificado sobre el principal basamento piramidal del antiguo centro ceremonial prehispánico, del que aún se conservan como testimonio los vestigios de la gran muralla que protegía a la población.
En el atrio se observan los restos de otras capillas destruidas.