La región sureste del Estado de México se distingue por poseer auténticos tesoros de la arquitectura barroca: templos, conventos y parroquias erigidos por los franciscanos y dominicos. Por su belleza e importancia son parte medular del patrimonio monumental mexiquense.
Por si fuera poco, en esta tierra nació Juana Inés de Asbaje y Ramírez. Esa niña-genio que desarrolló su sensibilidad e inteligencia bajo el manto de la devoción. Su notable obra poética y dramática la ha colocado entre las mayores figuras de la literatura novohispana. Sobre los hallazgos que dejó la poetisa se ha trazado este corredor turístico.
Con esta guía de TuriMexico.com posamos nuestros sentidos en las seis paradas donde historia, cultura y diversión se conjugan de manera armoniosa y emocionante.
Comenzamos con Tlalmanalco y su maravillosa Capilla Abierta, por donde quizá pasó la pequeña Juana cuando iba rumbo a la Ciudad de los Palacios. Continuamos con Tenango del Aire y su arte contemporáneo con tintes de antaño.
Seguimos con Amecameca, la parada obligada para los amantes de la vida de Sor Juana, pues entre los tres y nueve años vivió en la Hacienda Panoaya, donde a su museo se suman divertidas actividades. Además, en esta región se levantan la segunda y tercera montañas más altas del país: el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, lo que ha promovido la creación de parques ecoturísticos con actividades recreativas, ingeniosas y en comunión con la naturaleza.
La siguiente parada es Ayapango, ese Pueblo con Encanto cargado de leyendas. Después, viene Ozumba; sabemos que la Décima Musa conoció San Vicente Ferrer Chimalhuacán porque ahí fue bautizada. Entre otros atractivos cercanos al recién remozado Ozumba de Alzate, aún se aprecia aquella pila bautismal. Y, como lo amerita la ocasión, cerramos con Tepetlixpa: seguramente el Fénix de América visitó Tepetlixpa, la cabecera municipal de Nepantla, su pueblo natal.
En distintos puntos de las paradas podrá comprar artesanías hechas a base de cáscara de nuez y hojas de maíz, velas de diseños caprichosos, artículos de talabartería y cuadros con granos de semillas. Dentro de su gastronomía los tamales, el conejo, los pulques, los dulces tradicionales y pastelillos acompañan también la travesía.
La conjunción de estos atributos resultan en afortunados paseos que bien podrían organizarse para un día, en plan exprés, o en varios si desea sacarle jugo a la experiencia. Gracias a la riqueza cultural, histórica y natural, no nos sorprendería que esta ruta, en un futuro, se coloque a la altura de las internacionales.