En Irapuato las manos no solo se mueven alrededor de las fresas, también pintan, esculpen o trabajan los metales. Hace unos meses se abrió un espacio para darle cabida al quehacer de los artesanos regionales y del resto del estado. Se trata de una vieja casa que bien pudo haber existido en la Inglaterra de Enrique VIII, y que hace las veces de plaza galería, Casa Tudor (Lázaro Cárdenas 545, La Moderna; Teléfono: 01462 626 5307; lunes a sábado de 10 a 14 y de 16 a 18 horas).
Aquí los ojos comienzan su paseo entre quesos provenientes de Silao, Pénjamo, Celaya. Hay mermeladas y dulces de fresa. Luego sigue el laberinto de piezas artesanales, desde los sombreros de San Francisco del Rincón hasta las catrinas y alebrijes que en Salamanca se hacen. Y está presente la labor de la gente de Irapuato: dijes, jaboneras, joyería en plata oxidada.