Gracias al extraordinario descubrimiento del recinto ceremonial de Teopantecuanitlán con sus cuatro esculturas monolíticas de un característico estilo olmeca, nos recuerda la importancia que tuvieron las diversas culturas que se desarrollaron en tiempos prehispánicos en el actual estado de Guerrero.
La entidad Guerrerense se ha distinguido porqueen su demarcación florecieron diversos pueblos y civilizaciones que le dan una conformación cultural única en el proceso mesoamericano, de manera tal, que ahí quedaron huellas de los olmecas, los purépechas, los teotihuacanos, los pueblos de Oaxaca, los mexicas e inclusive, hay evidencias de las lejanas tierras del mundo maya.
En el siglo XIX, se iniciaron las primeras exploraciones informales en este estado, con el descubrimiento de vestigios de ciudades fortificadas en la región de Iguala y a principios del siglo XX, algunos excursionistas alemanes encontraron testimonios de la minería prehispánica relacionada con la explotación del cobre, haciendo patente la importancia que en todo el Occidente de México tuvo la producción de este metal en la elaboración de las herramientas y armas, que llevaron exitosamente los purépechas en la guerra, así también fue en este tiempo en que se hallaron construcciones a manera de fortalezas, como la Oztuma, del tiempo de los mexicas, donde inclusive quedan los restos de un puente que posee un arco de singular característica.
William Spratling, quien impulsara el renacimiento de la platería en taxco, participó activamente en el movimiento de los objetos arqueológicos que conformaron las importantes colecciones de Diego Rivera, Miguel Covarrubias y otros afamados coleccionistas del siglo XX, siendo entonces que se hicieron populares las figuras de piedra del estilo mezcala, de un extraordinario toque modernista, donde domina la abstracción y el geometrismo; de la entidad guerrerense.
Hoy en día con e inicio del nuevo milenio, el visitante encuentra en esta región uno de los hallazgos arqueológicos del mundo olmeca más atractivos de México, como sus pinturas rupestres realizadas con una gran policromía en las Grutas de Juxtlahuaca y Oxtotitán, además del conjunto arquitectónico ritual de Teopantecuanitlán, ubicado en el municipio de Copalill, donde, como hemos mencionado, en un extraordinario patio ceremonial, los enigmáticos rostros de individuos sobrenaturales, de la civilización más temprana de Mesoamérica, que tuvo su origen en las lejanas tierras de Veracruz y Tabasco en la costa del Golfo y que llegaron hasta el actual estado de Guerrero, propagando sus ideas religiosas, imponiendo una inconografía relacionada con el poder y estableciendo así una importante ruta comercial para el traslado de piedras semipreciosas, pieles, plumas y algodón, hasta las distantes metrópolis de La Venta, San Lorenzo y otras ciudades del mundo costeño.
En Xochipala, los arqueólogos han buscado los orígenes del arte cerámico más naturalista de la época Preclásica, en donde se han encontrado importantes testimonios arquitectónicos que presentan influencias procedentes del sur de Mesoamérica, las cuales nos plantean interrogantes acerca de las rutas comerciales y culturales que debieron existir desde tiempos tempranos a lo largo de las costas del océano Pacífico, que en algún momento de la época prehispánica comunicaron, inclusive a México con Sudamérica.