A pesar de la depredación intensa, sobreviven enormes áreas de bosques, interrumpidas por zonas de labor, como en las inmediaciones de Chalchicomula, donde se encuentran unos conos volcánicos invertidos, llamados ajalpascos, generalmente llenos de agua, que son un gran atractivo, como el Tecuitlapa, con todo y una diminuta isla en el cráter, o el de Aljojuca, de buenas proporciones.
Más hacia el este la laguna insalubre de Alchichica hace resaltar los izotes que abundan en sus riberas.
En las estribaciones de esas altas montañas que dan pequeños depósitos de agua que se alimentan con infinidad de arroyos.
La Sierra Norte comprende una enorme región de variados climas. Hacia la zona de Zacatlán la erosión ha producido un sitio de extrañas formaciones rocosas conocido como Piedras Encimadas, un pequeño cañón muy agradable a la vista.
Por su parte, la gigantesca represa de Necaxa es un vaso que se derrama para la formación y el engrosamiento de varios ríos caudalosos, cuyas aguas riegan extensas llanuras, formadas entre las fragosidades geológicas.
Como se puede ver Puebla es desierto, bosque y selva; comunicación continua de ecosistemas variados y contrastantes, siempre ofreciendo una enorme gama de sorpresas.