Los amantes de la aventura, la exploración y las actividades al aire libre tienen la oportunidad de recorrer a pie o en bicicleta de montaña algunas de las zonas boscosas mejor conservadas de México, así como los últimos reductos de bosques mesófilos y selvas medianas de la región noroeste, donde se han identificado 360 especies de aves, 130 de mamíferos, 71 de reptiles y 23 de anfibios.
Se estima que viven en la región cerca del 30 porciento de las especies de mariposas existentes en el país, destacando la mariposa Humboldt, entre otras especies a punto de desaparecer, como el jaguar, el oso negro y la guacamaya.
En cuanto a flora, la zona cuenta con casi 1,710 especies de plantas vasculares, 11 de ellas endémicas, aunque también algunas variedades se encuentran en peligro de extinción, como la bisagna gigante, el chapote, el aguacatillo, la magnolia y el guayame.
Para los espeleólogos y expedicionarios audaces, la Sierra Gorda ofrece uno de sus grandes tesoros: sus abismos, que invitan a realizar un viaje a rappel al centro de la tierra. Destacan el Sótano del Barro, con un tiro vertical de 410 m y 455 m de profundidad total, uno de los más profundos del mundo, y el Sotanito de Ahuacatlán, con una caída libre de 288 m y una profundidad de 320 m.
Pasando de la frescura de la Sierra Gorda al caluroso semidesierto, el espíritu de aventura los llevará a descubrir la fantástica Peña de Bernal.
Este molinito, considerado como el tercero más grande del mundo, tiene una altura que alcanza los 2,053 msnm. Este lugar es uno de los más atractivos de Querétaro para la práctica de la escalada de roca.
Incursionar en cada rincón del estado es descubrir un Querétaro antiguo a unos pasos del moderno.
El territorio representa para quien gusta de acampar o de realizar paseos en bicicleta una gran aventura, para el paseante un divertido entretenimiento, y para el queretano un reto conservar esa riqueza cultural, arquitectónica y paisajística.